terminar, no le da una solución, sino solo una frase de la Escritura, para que la medite: «Cuando Dios abre una puerta, nadie la cierra; cuando Dios la cierra, nadie la abre» (cfr. Ap 3, 7). Pero ¿qué quiere decir? Muy sencillo: si es de verdad tu esposo, estate tranquila, porque nadie te lo quitará.