Estas migraciones marinas, con medios relativamente rudimentarios (canoas elaboradas mediante tablones cosidos), cubrían distancias fabulosas, en ocasiones superiores a los 2.500 km. Es muy probable que se realizasen sin la esperanza de retorno, así que a menudo eran viajes de descubrimiento en un solo sentido. Aunque entre los grupos de islas más cercanos sí se mantenían contactos. Las motivaciones para tales empresas tenían que ver con la búsqueda de nuevos recursos y de islas que proporcionasen tierras cultivables, pero también se pretendía la fundación de nuevas comunidades, que facilitaban el ascenso social, algo fuertemente motivado por una épica y una mitología que se enriquecían con los relatos de los viajes anteriores. Se combinaban así necesidades económicas, aspiraciones políticas, ambiciones sociales y potentes estímulos simbólicos