Sobre el pterodáctilo se especula asimismo que sus ciclos migratorios habrían sido vulnerables a ciertas irregularidades astrales, fuera el paso de un cometa, un eclipse o la precipitación de un meteorito. En la conocida saga de Percival, Chrétien de Troyes cuenta cómo una parvada de dragones anticipa con su vuelo tumultuario la caída de una roca celeste sobre los castillos franceses. Este cuento inspirará después a Pholenz para sostener que, en tiempos de Augusto César, el paso de un cometa habría incitado una importante migración de alígeros reptiles desde Persia hasta Chipre, surcando en su trayecto el firmamento palestino.