Con las dificultades, si con ellas me topo al leer, no me como las uñas; ahí se quedan tras haber arremetido contra ellas una o dos veces. Si me quedase plantado, me perdería y perdería el tiempo, porque tengo un carácter impulsivo: lo que no vea de primeras menos lo veré si me empeño. Nada hago si no es con buen humor, y el empeño y la presión excesiva me ciegan el entendimiento, lo amohínan y lo cansan.