La OLP siempre planteó la lucha palestina como una lucha de liberación nacional, apelando al derecho de los pueblos a la autodeterminación en sintonía con las ideas anticolonialistas. Hamás, en cambio, nació sostenido en fundamentos religiosos y considera que Palestina es “tierra musulmana”, y que “ningún Estado árabe, rey, líder u organización alguna puede ceder ni un palmo de tierra”, como dice el documento.