. Si bien el autor describe esa etapa como de ebullición, mi hipótesis se delinea a partir de la analogía en la salida elegida a este nuevo atolladero: la Fundación Rockefeller, los Estados Unidos, la reconversión intelectual hacia la historia. Las fundaciones Ford y Rockefeller eran bien conocidas por Cosío, ya que a ellas recurrió para sostener no pocos programas de desarrollo del Colmex. Pero en esta circunstancia cambió de posición: pasó de la gestión y mediación de fondos institucionales o para otros, a la posición de beneficiado. El subsidio que obtuvo en 1948 lo obligaba a una dedicación plena; por eso pidió licencia como director del FCE.