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Kerstin Gier

Silber, el primer libro de los sueños

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  • Moni.G 💞compartió una citahace 3 años
    —Pensáis que habéis ganado, ¿verdad? Pensaréis que, quemando el libro y separándonos a Arthur y a mí, el asunto se ha terminado.

    Correcto.

    —¿Aunque el hecho de que estemos hablando aquí en este pasillo demuestre lo contrario? —Anabel nos miró desafiante.

    —No —dijo Henry tranquilamente—. Sino porque en este momento estás tumbada en una cama de hospital en Surrey, drogada con psicofármacos y sujeta a la cama por tu propia seguridad. —Sonrió compasivo—. Ya se ha acabado, Anabel.

    Los labios de Anabel temblaron y, por un momento, parecía como si fuera a romper a llorar. Pero entonces echó la cabeza atrás y se puso a reír.

    —Te equivocas, Henry —dijo—. En realidad, acaba de empezar.
  • Moni.G 💞compartió una citahace 3 años
    ¿Sabes por qué empecé a creer en ese demonio? —preguntó en voz baja.

    Negué con la cabeza.

    —Porque mi deseo se había cumplido justo en el momento en el que te conocí.

    —¿Habías deseado conocer a alguien que llevara un queso apestoso en la maleta?

    No se rio de mi broma un poco mala, lo admito, sino que recorrió con un dedo el contorno de mis labios.

    —Eres como yo —dijo en serio—. Adoras los enigmas. Te gusta jugar. Aceptas los riesgos con gusto. Cuando existe la amenaza de volverse peligroso, para ti se pone fascinante. —Se agachó un poco más cerca y pude notar su cálido aliento—. Eso deseé. Conocer a alguien de quien me pudiera enamorar. Tú eres mi deseo soñado, Liv Silber.
  • Moni.G 💞compartió una citahace 3 años
    En eso, no era el único. También Grayson había roto el contacto con Arthur. Sobre eso no quería hablar. Pero la primera noche después del baile, cuando yo había tenido miedo de cerrar los ojos más de un minuto, porque entonces siempre veía a Anabel con el cuchillo delante de mí, había venido a mi habitación sin dudar. Había arrastrado un sillón al lado de mi cama y, con sus maneras serias, había dicho: «Puedes dormirte, Liv. Yo cuido de ti». Como un auténtico hermano mayor.
  • Moni.G 💞compartió una citahace 3 años
    me arrastró detrás de una de las columnas que separaban la antesala del vestíbulo. Me puso las manos en los hombros, me acercó a él y me miró a los ojos—. ¿Sabes de verdad lo terriblemente guapa que estás, Liv Silber? —me preguntó, y empezó a cubrirme de pequeños besos, primero en la boca y después en el cuello. De golpe, se me pasaron las ganas de comer. Quién habría podido imaginar que los besos tuvieran ese sorprendente efecto…
  • Moni.G 💞compartió una citahace 3 años
    De todos modos, una cosa era saber que estabas bien; y otra era ver los ojos de Henry brillar. A él también le sentaba bastante bien el frac, aunque su peinado no pegaba con el traje formal: como siempre, el pelo se le escapaba descontrolado por todas partes.
  • Moni.G 💞compartió una citahace 3 años
    Titubeante, alargué la mano y le acaricié el pelo. Hacía tiempo que quería hacerlo. Teniendo en cuenta lo salvaje que lo llevaba, tenía un tacto bastante suave.

    Enseguida se volvió hacia mí.

    —Tienes unos ojos bastante bonitos —dije en voz baja.

    En su cara, se dibujó una sonrisa.

    —Y en ti casi todo es bonito —replicó
  • Moni.G 💞compartió una citahace 3 años
    Durante un rato, caminamos en silencio uno al lado del otro, e intenté mantener la respiración bajo control. Doblamos hacia un camino de gravilla que se extendía entre los árboles. El sol caía a través de las hojas otoñales y formaba círculos dorados en el suelo.

    —Echaba de menos esto —dijo Henry súbitamente, y carraspeó—. Te he echado de menos.

    Si en ese momento me hubiera alcanzado uno de los proyectiles de Mia, ni siquiera lo habría notado. Me quedé de pie en medio del camino. Henry se volvió hacia mí y me apartó un mechón de pelo de la cara.

    —Sin ti, soñar ya no es divertido, en cierto modo —dijo, e, inclinándose, me besó suavemente en la boca.

    Por unos segundos quedé sin aliento; después, noté que mis brazos, sin que yo interviniera, se levantaban y le rodeaban el cuello para atraerlo más hacia mí. Nos deseábamos intensamente. Henry puso una mano en mi cintura, la otra me envolvió la nuca y se hundió cariñosamente en mi pelo. Cerré los ojos. Justo así era como había que sentir los besos, de eso estaba segura. Empecé a notar un hormigueo por todo el cuerpo cuando de repente me soltó y se apartó un poco.

    —Como decía, te echo de menos —dijo en voz baja y volvió a cogerme de la mano para seguir por el camino.
  • Moni.G 💞compartió una citahace 3 años
    Sí. No. Solo un poco. Respiré con dificultad. ¿A quién más había invitado Florence? ¿A su pareja de baile anónima sacada de las profundidades de la Sociedad Matemática? ¿Al chiflado hermano de Emily, Sam? ¿A Fulanita y a Menganita? ¿A Jasper y a Arthur? ¿A la orquesta sinfónica de Londres? ¿Y quizás a Secrecy para las fotos de recuerdo?
  • Moni.G 💞compartió una citahace 3 años
    ? Pero yo pensaba… No poseo ningún objeto tuyo.

    —Tampoco lo necesitas si yo te invito personalmente y te pido que cruces el umbral —dijo Anabel.

    —Oh, ¿como con los vampiros?

    Anabel arrugó la frente sin comprender. Por lo visto, no conocía tan bien las costumbres de los vampiros. Bueno, al fin y al cabo su especialidad eran los demonios.
  • Moni.G 💞compartió una citahace 3 años
    —Colocaos en círculo, hermanos y hermanas —exigió Arthur.

    Me mordí el labio. La última vez que me había puesto en círculo había sido en la guardería. «Al corro de la patata…». Pero, entonces, mi mirada se posó en el cuchillo y la risa que quería salir a borbotones volvió a esfumarse.
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