Gabriel García Márquez,Plinio Apuleyo Mendoza,amp

El olor de la guayaba

Avisarme cuando se agregue el libro
Para leer este libro carga un archivo EPUB o FB2 en Bookmate. ¿Cómo puedo cargar un libro?
  • Paula Guillén Rodríguezcompartió una citael año pasado
    Muchos se sorprenden al oírle decir que El otoño del patriarca es el más autobiográfico de sus libros. Yo pienso que en un cierto nivel muy recóndito lo es, en efecto. Él no ha buscado la fama como su dictador buscó el poder. La fama le cayó de improviso, con sus halagos pero también con sus pesados tributos. Nada de lo que hoy haga, diga o escriba puede tener la desprevenida espontaneidad de otros tiempos. La fama debe ser administrada de la misma manera que el poder. Es una forma del poder.
  • Paula Guillén Rodríguezcompartió una citael año pasado
    , es supersticioso como los indios goajiros que servían en su casa. Cree en objetos, en situaciones o personas susceptibles de acarrear mala suerte (la «pava», dicen en Venezuela; la «jettatura», en Italia)
  • Paula Guillén Rodríguezcompartió una citael año pasado
    En cuanto a la soledad del poder y la soledad de la fama, no hay ninguna duda. La estrategia para conservar el poder, como para defenderse de la fama, terminan por parecerse. Esto es en parte la causa de la soledad en ambos casos. Pero hay más: la incomunicación del poder y la incomunicación de la fama agravan el problema. Es, en última instancia, un problema de información que termina por aislar a ambos de la realidad evasiva y cambiante.
  • Paula Guillén Rodríguezcompartió una citael año pasado
    Julio César.

    —Personaje que te fascina.

    —Personaje que no sólo me fascina, sino que habría sido el que yo hubiese deseado crear en la literatura. Como no fue posible, tuve que contentarme con fabricar un dictador con los retazos de todos los dictadores que hemos tenido en América latina.

    Originalidad surgida de la transculturacion

  • Paula Guillén Rodríguezcompartió una citael año pasado
    —No creo que sea un interés repentino. El tema ha sido una constante de la literatura latinoamericana desde sus orígenes, y supongo que lo seguirá siendo. Es comprensible, pues el dictador es el único personaje mitológico que ha producido la América Latina, y su ciclo histórico está lejos de ser concluido.
  • Paula Guillén Rodríguezcompartió una citael año pasado
    El monólogo múltiple, por otra parte, permite que intervengan numerosas voces sin identificarse, como sucede en realidad con la historia y con esas conspiraciones masivas del Caribe que están llenas de infinitos secretos a voces. De todos mis libros este es el más experimental, y el que más me interesa como aventura poética.

  • Paula Guillén Rodríguezcompartió una citael año pasado
    —La interrupción se debió a que estaba escribiendo El otoño… sin saber muy bien cómo era, y por consiguiente no lograba meterme a fondo. En cambio, Cien años…, que era un proyecto más antiguo y muchas veces intentado, volvió a irrumpir de pronto con la única solución que me faltaba: el tono.
  • Paula Guillén Rodríguezcompartió una citael año pasado
    vimos a un oficial, en traje de campaña, caminando de espaldas, con las botas embarradas y una metralleta en la mano. Pasó entre nosotros, los periodistas, caminando de espaldas, todavía. Caminando de espaldas, apuntando con su metralleta, y manchando la alfombra con el barro de sus botas. Bajó las escaleras, tomó un auto que lo llevó al aeropuerto y se fue al exilio.
  • Uriel RodríguezSilvacompartió una citahace 5 años
    —Y tú, personalmente, ¿no has tenido tentación por el poder?
    —Nunca. Existen muchas pruebas en mi vida de que siempre he esquivado de un modo sistemático toda posibilidad de poder, a cualquier nivel, porque no tengo la vocación, ni la formación, ni la decisión. Tres elementos que son esenciales en cualquier oficio, y que yo creo tener muy bien definidos como escritor. Equivocarse de destino es también un grave error político.
  • Uriel RodríguezSilvacompartió una citahace 5 años
    Tengo un instinto muy especial: cuando entro en un sitio lleno de gente, siento una especie de señal misteriosa que me dirige la vista, sin remedio, al lugar donde está la mujer que más me inquieta entre la muchedumbre. No suele ser la más bella, sino una con la cual, sin duda, tengo afinidades profundas. Nunca hago nada: me basta con saber que ella está ahí, y eso me alegra bastante. Es algo tan puro y tan hermoso, que a veces la propia Mercedes me ayuda a localizarla y a escoger el puesto que más me conviene.
    —Aseguras que no tienes un pelo de machista. ¿Podrías dar un ejemplo para probarle a cualquier feminista desconfiada que no lo eres?
    —La concepción que tienen del machismo las llamadas feministas no es la misma en todas ellas, ni
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)