«Hombre mortal, mota de polvo, voluta de humo, copo de nieve que brillas un momento en la noche del tiempo y en un segundo te derrites en la tierra, ¡deja de andar buscando aDios aquí o allá! ¡No lo coloques en ningún sitio, no lo empequeñezcas, no lo caricaturices, no lo hagas una cosa mas! Dios late en el Universo infinito que te rodea y es demasiado grande para poder ser comprendido por tu pequeña mente. ¡deja de correr detrás de Dios, como si Dios fuese un muchacho travieso que juega al escondite contigo!