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Sarah Maclean

Diez Lecciones Para Dar Caza A Un Lord Y Que Te Adore

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  • Elena Herpercompartió una citahace 3 años
    —Yo creo que va viento en popa —comentó él—. Me alegro infinito de que hayas decidido hacerme caso y prescindieras del corsé.

    Ella esbozó una sonrisa misteriosa.

    —No vas a verme usar corsé en una buena temporada, Nick. No podré utilizarlo por lo menos durante unos meses.

    Él se quedó inmóvil al comprender el significado de sus palabras.

    —Quieres decir que…

    Ella asintió con la cabeza.

    Él deslizó la mano más arriba, hasta su vientre, y la posó sobre la suave curva.

    —Un hijo —dijo con innegable reverencia.

    Isabel puso la mano sobre la suya y entrelazó los dedos con los de él.

    —Yo también me sorprendí —aseguró secamente—. A Jane, Kate y Gwen les ha costado lo suyo convencerme de que era cierto.

    Él se rio entre dientes.

    —Como siempre, las damas de Minerva House están al tanto de todos mis movimientos.

    Isabel se rio con él.

    —¿Sorprendido?

    —Lo cierto es que no demasiado.
  • Elena Herpercompartió una citahace 3 años
    —¿En qué estás pensando? —le preguntó.

    —Estoy pensando en la segunda razón por la que quería volver al baile.

    Él arqueó una ceja.

    —¿Cuál es?

    —Mostrar a todas las damas que leen Perlas y Pellizas que este caballero en particular está cazado
  • Elena Herpercompartió una citahace 3 años
    —No, Nick. Debemos volver al baile. Ya hemos provocado una escena increíble.

    —Contuvo el aliento, apartándose de él—. ¿Crees que Callie nos perdonará? ¡Hemosestropeado el baile!

    Le vio reírse al verla tan preocupada.

    —Isabel, si algo sé sobre mi cuñada es que nos agradecerá eternamente haber provocado tal escena en su baile. Sentará la pauta para todas las fiestas que ofrezca en Ralston House. Que Dios se apiade de mi hermano. —Le colocó un rizo suelto detrás de la oreja—. Pero si quieres regresar al baile. Regresaremos.

    Ella esbozó una sonrisa.

    —Lo confieso, cariño, quiero volver. Tengo dos razones, aunque la másimportante es que quiero bailar con mi marido.

    —Es una buena idea. —A Nick se le oscurecieron los ojos—. Por mi parte estoydeseando que todos me vean bailar con mi mujer.
  • Elena Herpercompartió una citahace 3 años
    —He venido a Londres para decirte que te amo. Por favor, créeme.

    Nick dio un paso hacia ella y le alzó la barbilla con un dedo para inclinar su boca hacia la suya.

    —Jamás volveré a dejarte, Isabel —dijo de corazón—. Lamento haberme ido,pensaba regresar mañana, lo juro. —El beso fue tierno y absorbente y reafirmó la promesa implícita en sus palabras.

    Ella lloraba cuando él alzó la cabeza.

    —Te fuiste antes de que pudiera explicártelo.

    La envolvió entre sus brazos.

    —Lo sé. Lo siento.

    La voz de Isabel sonó amortiguada contra su pecho.

    —Quería arreglarlo, Nick.

    —Lo sé.

    —Pensé que ya no me amarías.

    Él la alejó un poco para verle los ojos.

    —No, Isabel. Por Dios, te quiero más que nunca —aseguró con tono depreocupación.

    Ella sonrió a pesar de las lágrimas.

    —Bien. Estuve pensando en enviar a Voluptas como ofrenda de paz, peropesaba demasiado.

    Él sonrió.

    —Prefiero a mi Voluptas real.
  • Elena Herpercompartió una citahace 3 años
    —No tienes que decirlo.

    Isabel agrandó los ojos.

    —Sí, claro que sí.

    Él negó con la cabeza.

    —No, cariño. No es necesario.

    Ella se acercó más.

    —Nicholas St. John —comenzó con voz firme e inquebrantable—, escúchamebien: te amo. Te quiero más de lo que nunca pensé que querría a nadie. Ya te amabael día de nuestra boda. Y el día anterior. Y el anterior…Dije aquello porque temía que si decía la verdad tú me dejarías y me quedaría triste, sola y destrozada.

    Comenzaron a caerle las lágrimas, pero ella se las secó con la mano mientras continuaba.

    —Pero callármelo no hizo que te amara menos. Y tú te fuiste igualmente. Me quedé triste, sola y destrozada. Así que vine aquí porque no puedo vivir sin ti.Porque quiero que sepas que te amo. Porque quiero que no lo dudes ni un momento;no quiero que te consideres menos de lo que eres. Un hombre que vale mucho más, eres mucho mejor que yo.
  • Elena Herpercompartió una citahace 3 años
    —Hola.

    —¡Dios mío, cómo te he echado de menos! Añoraba tu presencia, tu olor…tu aroma a azahar, Isabel. Pero sobre todo, te echaba de menos a ti.

    Ella le rozó los labios para contener el flujo de palabras.

    —Nick —susurró. Aquel sonido era un bálsamo para su alma.

    —Has venido a Londres.

    —Sí.

    —¿Cuánto tiempo llevas aquí?

    —Tres días.

    Tres días y nadie ha dicho nada.

    —Gabriel me las va a pagar.

    —Le rogué que no te dijera nada. No estaba preparada. Quería estar hermosa para ti.

    Él negó con la cabeza.

    —Tú siempre estás hermosa para mí. —Ella inclinó la cabeza y él le alzó la barbilla con un dedo—. Siempre, Isabel. De luto, con pantalones, cubierta de seda; de todas las formas. Siempre me pareces hermosa.

    —Debo decirte algo. —Ella hizo una pausa y él esperó a que continuara. Por fin,Isabel respiró hondo—. Te amo.
  • Elena Herpercompartió una citahace 3 años
    —Tengo que resolver un asunto muy importante para mi futuro —confesófinalmente—, pero te aseguro que tú también te sentirás muy feliz con los resultados una vez que concluya el viaje.

    —Muy bien, espero que implique también un venturoso presente —bromeóJuliana, concentrando la atención en un lugar tras él—. Callie, ¿quién es esa mujer?

    —¿Quién? —Callie se puso de puntillas, intentando ver a la persona que le indicaba Juliana.

    —¡Shhh! —La joven agitó una mano—. Quiero escuchar cómo la anuncian.

    Nick puso los ojos en blanco y meneó la cabeza, sin percatarse de que las dosmujeres sonreían de oreja a oreja.

    —Lady Nicholas St. John
  • Elena Herpercompartió una citahace 3 años
    —¡Excelente! —anunció, poniéndose en pie—. Pero antes debes asistir a este condenado baile o mi mujer jamás me lo perdonará.

    Nick también se levantó, revigorizado por la decisión tomada. Iba a ir al baile y, luego, partiría en busca de su esposa.

    —¡Nick!

    Nick se alejó de la mesa de refrescos, donde se servía una limonada, deseando que fuera algo más fuerte, y se encontró con su cuñada, que avanzaba hacia él amenazadoramente.

    Hizo una elaborada reverencia.

    —¡Lady Ralston! —canturreó—. ¡Menuda fiesta! ¡Qué éxito! No cabe duda de que eres la mejor anfitriona de la sociedad.
  • Elena Herpercompartió una citahace 3 años
    —Te odio cuando tienes razón.

    Ralston sonrió ampliamente.

    —Dado que pocas veces me equivoco, imagino que debe de ser un enorme problema para ti.
  • Elena Herpercompartió una citahace 3 años
    —Ella no me necesita.

    Ralston sonrió, burlón.

    —Me parece que tienes la equivocada impresión de que deben necesitarnos. Dada mi experiencia, no es así. —Lanzó un vistazo a su reloj—. Un hombre muy sabio me dijo en una ocasión que si descubría que había sido un auténtico asno y perdido a la única mujer a la que amaba, la llevaría ante el vicario más cercano y luego la dejaría embarazada.

    Nick se tensó al recordar aquellas palabras.

    —Ya me he casado con ella.

    —Entonces tienes la mitad del trabajo hecho
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