Liliana Gebel

El Sueño de toda mujer

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  • anagomezurcvcompartió una citahace 5 años
    Reconocimientos
    A Esteban Fernández, Presidente de Editorial Vida, por haberme alentado a escribir este libro. Estaré eternamente agradecida, aprecio tu audacia.

    A Rocky y Sherry Grams, por haber sido utilizados para moldear una etapa de mi vida.

    A Misael y Sarita Nieto, mis tíos del corazón, Dios sabe cuánto los amo.

    A Graciela Krawchuk, por esa amistad incondicional que nos une desde hace tantos años. Tan diferentes y tan amigas.

    A los muchachos del equipo,

    Pablo Chamorro, por seguir manteniéndote fiel desde aquellos inicios.

    Hernán Hernández, me honra contar con tu noble corazón. Enrique Gómez, por estar tantos años junto a nosotros.

    Germán Gómez, valoro tu eterna paciencia cada vez que tengo problemas con la computadora.

    Julio Mariano, eres un gran apoyo por el que oramos durante tanto tiempo.

    A mis hermanas Mariana y Carolina, que muy pronto el Señor cumpla todos sus sueños.

    A Marta, mi querida madre, por habernos apoyado en los primeros pasos de nuestro ministerio y por estar cuando más te necesito.

    Y finalmente, a mis tres grandes amores, Brian Federico, por ser una persona tan especial y detallista.

    Kevin Daniel, por llenar nuestro hogar de alboroto y alegría.

    Y a Dante, mi eterno príncipe, por haber descubierto y sacado a luz lo mejor de mi; no lo habría logrado sin tu ayuda.
  • artbravo2010compartió una citahace 6 años
    Creía que iba a casarme con un hombre centrado y con un ministerio clásico, y Dante Gebel irrumpe con descaro y sin previo aviso en mi apacible vida.
  • b8637143696compartió una citahace 4 años
    Tú decides, o armas la maleta por aquel a quien dices servir, o lo dejas ir, para reunirte en unos años con otros cobardes y seguir hablando de aquellos grandes sueños que nunca se realizarán.
  • b8637143696compartió una citahace 4 años
    esde hace un buen tiempo, el Señor comenzó a prosperarnos de una manera acelerada, y de la noche a la mañana, él nos demostró que en los asuntos divinos, siempre vale la pena renunciar para ganar
  • b8637143696compartió una citahace 4 años
    importa si alguna otra mujer «realizada» te mira con desdén, que no te importe si alguien te observa como «la que cría hijos» en forma despectiva. Tu estás invirtiendo en un futuro, estás sembrando en la vida de quienes pueden afectar a miles en su generación.
    ¿Estás preocupado porque piensas que Dios te usará y luego se olvidará de tus deseos personales?
    ¿Realmente has considerado que a él no le importan tus deudas personales?
    ¿En serio has pensado siquiera que a él no le preocupa que aún no tengas una casa?
    ¿Crees que él no sabe que no puedes pagar un plan médico para tu familia y dejará la salud de tus
  • b8637143696compartió una citahace 4 años
    reconocimiento a tanto esfuerzo
    Nunca olvides esta pequeña anécdota cada vez que la envidia y los celos intenten arrojarte lanzazos o tus propios hermanos quieran olvidarte en una oscura cisterna, pero en esencia recuérdala cuando tengas que abrir los graneros.
  • b8637143696compartió una citahace 4 años
    n vez de buscar un sitio para aterrizar, decidió levantar más altura. Se elevó por encima de lo que jamás había volado, y la rata, que no soportó la presurización, murió en el acto.
    Siempre que sientas a los roedores, sube más alto, ellos nos soportaran la altura.
  • b8637143696compartió una citahace 4 años
    El corazón apacible es vida de las carnes, más la envidia, pudrimiento de huesos» (Proverbios 14:30).
  • b8637143696compartió una citahace 4 años
    nvidia y celos son mis armas favoritas contra aquellos que buscan la santidad —concluyó el príncipe de las tinieblas.
    La Biblia es categórica al respecto: «Cruel es la ira e impetuoso el furor, más ¿quién parará delante de la envidia?» (Proverbios 27:4)
  • b8637143696compartió una citahace 4 años
    hemos intentado en más de dos mil formas distintas y solo hemos visto el fracaso en cada intento.
    —Mira, no sé que entiendes por fracaso —respondió vehemente— pero de algo si estoy seguro, y es que en todo este tiempo aprendí que antes de pensar en dos mil fracasos he descubierto más de dos mil maneras de no hacer este filamento y eso me da la pauta que estoy encaminado.
    Pocos meses después, Thomas Edison logró iluminar toda una calle utilizando la flamante luz eléctrica.
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