Mira, te quiero tanto, que si mil virginidades poseyera y las apetecieras tú, las mil te las daría, a tu antojo, una por una, para que la dicha que en mi cuerpo alcanzaras no la igualaran los cuerpos de las demás mujeres que de ti han de enamorarse…
Fernando Julian Garcia Rodriguezcompartió una citahace 5 años
Barro fui y barro soy, mi carne triunfadora se halla en el cementerio.
Debora Salamancacompartió una citael año pasado
La historia de Santa es la versión porfiriana y santurrona de lo que les puede suceder a las chicas que aceptan los asedios y las presiones de los seductores antes del matrimonio.
Debora Salamancacompartió una citael año pasado
El pianista es ciego, feo hasta la repulsión; fue abandonado por la madre, y se enamora de una prostituta que no le corresponde; en otras palabras, parecería ser digno de compasión.
Debora Salamancacompartió una citael año pasado
El mal triunfa sobre el bien durante gran parte del espacio de la novela, pero se invierte al final, pues con el continuo y profundo sufrimiento físico y moral en el descenso de su degradación, Santa terminará expiando sus pecados en el ámbito religioso: el sufrimiento es bueno para el alma. La moral propia del melodrama pide que se restablezca el orden al término del texto para que el lector duerma consolado.
Debora Salamancacompartió una citael año pasado
Santa es una virgen mancillada, seducida y abandonada por el alférez.
reginabellofab2410compartió una citael año pasado
Barro fui y barro soy
Sami Lomelíncompartió una citael año pasado
Sólo les quedaba Dios, ¡Dios queda siempre!
lecturascompartidascompartió una citael año pasado
manos huesosas, de uñas largas y amarillentas por el cigarro,
lecturascompartidascompartió una citael año pasado
camisa, puerca y sin zurcir en las orillas del cuello y de los puños; la corbata torcida