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Gonzalo Lizardo

El grafópata (o el mal de la escritura)

  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    a veces los vivos actúan como muertos, pues viven sin ideales ni sueños, y a veces los muertos parecen vivos, pues afectan aún nuestros actos y decisiones
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    de esos valores que él debía rechazar si deseaba ser libre: la familia, la patria y la religión
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    No siempre se escribe mejor cuando el cuerpo está sano y el alma serena; al contrario, suele ser más fecunda la escritura que nace de la enfermedad, el dolor, la miseria o la locura. Pero de poco servirían tales experiencias –por intensas y sinceras que fueran– si el autor perdiera la lucidez, la fortaleza, la paciencia necesarias para volverlas arte.
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    No se escribe novela para “contar” una historia sino para “hacerla real
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    Quien confía sólo en la inspiración es más estúpido todavía, pues las musas (por lo general) desdeñan a los autores perezosos
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    Lo ideal sería escribir para los pares: para aquellos lectores (pasados, presente o futuros) con los que uno pudiera tomarse un café, conversar largas horas, cultivar la amistad y la polémica.
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    Esta supervivencia del gnosticismo tiene una causa tangible: ante la existencia del mal y la crueldad, la violencia y las enfermedades, se impone la tentación de sospechar que este mundo no fue creado por un Dios bueno y omnipotente, sino por un demiurgo maligno y omni(im)potente
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    la enseñanza filosófica de Elizondo no radica en su ética, sino en su hermenéutica: hay que aprender a leer(nos) escribiendo(nos) y a escribir(nos) leyendo(nos)
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    los pocos pero fieles admiradores de Elizondo conformaban una extraña hermandad, una secta con ordenanzas tan estrictas y misteriosas que, en última instancia, ninguno de los iniciados llenaba a plenitud los requisitos para ingresar en ella… ni siquiera el mismo Elizondo.
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    Estos humanis­tas no leían acumulativa sino selectivamente, y evaluaban cada libro no por sí mismo, sino en su relación con los demás
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