Marceline Loridan-Ivens

Y tú no regresaste

Avisarme cuando se agregue el libro
Para leer este libro carga un archivo EPUB o FB2 en Bookmate. ¿Cómo puedo cargar un libro?
Hay libros que dejan una marca indeleble y, mucho tiempo después de haberlos leído, permanecen vivos en nuestro recuerdo. Éste es uno de ellos. A los ochenta y seis años, Marceline Loridan-Ivens ha volcado en esta carta abierta a su padre un cúmulo de sentimientos profundamente arraigados desde su juventud, de los que ha sido incapaz de desprenderse durante toda una vida.«Tú podrás regresar, porque eres joven, pero yo ya no volveré.» Esta simple frase, que Marceline oyó de boca de su padre cuando eran deportados en el mismo tren al campo de Auschwitz-Birkenau en abril de 1943, quedó grabada en su memoria para siempre y es el origen de este relato extraordinario.La dramática lucha de una chica de quince años por sobrevivir en una situación que ha pasado a la historia como paradigma de la máxima depravación de la que es capaz el hombre queda plasmada con una voz asombrosamente desprovista de sentimentalismo y autocompasión. En su lucha imposible contra una fuerza aplastante, Marceline narra los hechos cotidianos con la frialdad y la distancia de quien, incluso después de setenta años, no puede permitirse ni siquiera el sufrimiento; de alguien que invirtió hasta la última fibra de su persona en un solo fin: salir con vida del infierno y honrar así las palabras de su padre.Pero más allá del conmovedor homenaje de una hija a la única persona en el mundo a la que pudo amar de verdad, estas páginas exhalan un reconfortante soplo de energía y vitalidad, una demostración palpable de la insondable capacidad del ser humano para sobreponerse a los desafíos más extremos que su propia especie le presenta.
Este libro no está disponible por el momento.
64 páginas impresas
¿Ya lo leíste? ¿Qué te pareció?
👍👎

Opiniones

  • karinaramone1compartió su opiniónhace 5 años
    💧Prepárate para llorar

    Un relato de una sobreviviente de Auschwitz dirigido al padre que no sobrevivió y del que no supó dónde murió o de qué, pero que se encarga de señalar como su vida ha quedado para siempre unida a la de él. Es triste y doloroso leer está carta dirigida a un padre fallecido.

Citas

  • karinaramone1compartió una citahace 5 años
    Mamá era de ese tipo de personas que son generosas pero bruscas, desprovistas de psicología, personas que bloquean sus emociones y las transforman en risa o en cólera. Tú sabes bien cuán rápido perdía ella los estribos y se descontrolaba, cómo nos gritaba y nos pellizcaba fuerte. Tenía siempre atenciones con sus hijos que nunca tenía con sus hijas, a las que veía como prolongaciones de sí misma. Ella había dejado que tú fueras para nosotras la ternura y la autoridad, no tenía mal corazón. Yo no me enojé con ella por su ausencia en el Lutetia y en el andén de la estación. Ella no entendió o no quiso entender de dónde volvía yo. Le habría hecho falta encontrar palabras y gestos que no sabía cómo manejar.
  • karinaramone1compartió una citahace 5 años
    México, sin que yo sepa por qué, significaba muerte próxima.
  • karinaramone1compartió una citahace 5 años
    Aquellos a quienes la muerte les llegaría al cabo de unos días estaban estacionados en una parte que acababa de ser construida, el inicio de un nuevo campo, justo al lado de los crematorios; «México», lo llamábamos nosotras.

En las estanterías

fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)