La brujería es una religión chamanística, y el valor espiritual que se le otorga al éxtasis es uno muy elevado. Es la fuente de la unión, la sanación, la inspiración creativa y la comunión con lo divino, tanto si se encuentra en el centro del círculo en una asamblea de Brujas, como si se encuentra en la cama del ser amado, o en medio del bosque, en el asombro y la maravilla ante la belleza del mundo natural.