e el mejor remedio para librarse de un estorbo era aceptar que existía.
Lourdes Rodriguezcompartió una citahace 2 años
No bien trató de tomar impulso, uno de los terribles taladros que le horadaban la nuca le devolvió de lleno la conciencia de la enfermedad.
Lourdes Rodriguezcompartió una citahace 2 años
Aún le quedaban remansos de debilidad en el pecho y en las manos, nada del otro mundo, nada que le impidiera levantarse.
Lourdes Rodriguezcompartió una citahace 2 años
—No abandones a los pobres, a mis grasitas. Todos estos que andan por aquí lamiéndote los zapatos te van a dar vuelta la cara un día. Pero los pobres no, Juan. Son los únicos que saben ser fieles. —El marido le acarició el pelo.
Lourdes Rodriguezcompartió una citahace 2 años
a engañaban como a una criatura, y la ira que le ardía por dentro, sin salida, era lo que más la ahogaba: más que la enfermedad, que el decaimiento, que el temor insensato a despertarse muerta y no saber qué hacer.
Lourdes Rodriguezcompartió una citahace 2 años
La belleza le crecía por dentro sin pedir permiso».
Lourdes Rodriguezcompartió una citahace 2 años
a, de dónde sacó la fuerza para tocar el corazón más dolorido de la gente?
Lourdes Rodriguezcompartió una citahace 2 años
ojos melancólicos miraban como despidiéndose: no se les veía el color.
Lourdes Rodriguezcompartió una citahace 2 años
Se fue volviendo hermosa con la pasión, con la memoria y con la muerte.