Tus líneas rojas

si quieres llegar rápido, ve tú solo, pero si quieres llegar más lejos, debes ir en equipo.

Deja de autosabotearte, no hemos venido aquí a sufrir, hemos venido a vivir. No mereces pasarlo mal, no mereces ningún castigo, no mereces sufrir. No te acomodes en el sufrimiento, no te resignes a sobrevivir cuando puedes VIVIR, así, en mayúsculas.

asumí que debía aprender a convivir con el enfrentamiento, a desvincular mi autoestima de la opinión de otras personas y a aceptar que puedes tener conflictos sin ser una persona conflictiva.

Una familia tóxica no te acepta tal como eres y no te permite ser auténticamente tú mismo.

No estás obligado a tener contacto con personas que te tratan mal y que no te respetan, aunque sean tus familiares. La familia no debería amparar el maltrato, la falta de respeto y el abuso. Aléjate de quien te causa dolor sin culpa ni vergüenza, sea un desconocido o un familiar. Los lazos de sangre no hacen el cariño, ni lo justifican todo.

Tu familia, cuando quieras salir del círculo tóxico, te dirá que sin ellos estás perdido, que adónde vas a ir, que eres un mal hijo y mil sandeces más; pero no lo dudes, no se puede querer a quien tanto daño te ha provocado. Date una oportunidad y empieza una vida nueva. Ya has sufrido bastante.

No te sientas culpable por decir basta. No estás haciendo nada malo. No eres una fuente de recursos de la que disponer al antojo del primero que pasa.

Que te ignoren, te ataquen o te culpabilicen no implica que te tengas que sentir ignorado, atacado o culpable.

Aprendí muchas cosas, cómo no, todavía no he encontrado a nadie de quien no pueda aprender algo. Algunas veces aprendo en positivo, otras aprendo qué debo evitar o cómo no quiero ser nunca.

Nadie te va a regalar nada, así que lucha por enriquecer tu vida. Enriquécela con más vida