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Elena Ferrante

La Amiga Estupenda

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  • Angélica Hernández Moralescompartió una citahace 4 años
    Mires donde mires hay una miseria que nos vuelve malvados. A cada instante puede ocurrir algo capaz de hacerte sufrir tanto que nunca tendrás lágrimas suficientes para lamentarlo
  • Lizzette Canocompartió una citahace 2 años
    ¿Sigues perdiendo el tiempo con esas cosas, Lenù? Estamos volando encima de una bola de fuego. La parte que se ha enfriado flota sobre la lava. En esa parte construimos los edificios, los puentes y las calles. De vez en cuando la lava sale del Vesubio o provoca un terremoto que lo destruye todo. Hay microbios por todas partes que nos hacen enfermar y morir. Hay guerras. Mires donde mires hay una miseria que nos vuelve malvados. A cada instante puede ocurrir algo capaz de hacerte sufrir tanto que nunca tendrás lágrimas suficientes para lamentarlo. ¿Y qué haces tú? ¿Un curso de teología en el que te esfuerzas por entender qué es el Espíritu Santo? Déjalo estar, fue el diablo quien se inventó el mundo, no el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
  • Adriana Nievescompartió una citahace 4 años
    el dinero de estos viene del hambre de esos de ahí,
  • Adriana Nievescompartió una citahace 4 años
    Tenía la impresión de que, aunque absorbiera gran parte de aquel espectáculo, muchísimas cosas, demasiadas se desperdigaban a mi alrededor sin dejarse aferrar.
  • Adriana Nievescompartió una citahace 4 años
    Una vez hablaron del mar Nino Sarratore y su hermana Marisa, con el tono de quien consideraba normal eso de ir a la playa de vez en cuando a comer rosquillas de pimienta o anís y mariscos. Gigliola Spagnuolo también había ido. Ella, Nino, Marisa eran afortunados por tener unos padres que llevaban a sus hijos a hacer excursiones muy lejos, no solo a dar un paseo a los jardincillos delante de la parroquia. Los nuestros no eran así, les faltaba tiempo, les faltaba dinero, les faltaban ganas.
  • Adriana Nievescompartió una citahace 4 años
    En cuanto fuimos propietarias del libro comenzamos a vernos en el patio para leerlo en silencio, la una junto a la otra, o en voz alta. Lo leímos durante meses, tantas veces que el libro acabó roñoso y desencuadernado, perdió el lomo, empezó a soltar hilos y se le descosieron los quinternos. Pero era nuestro libro, lo queríamos con locura. Estaba bajo mi custodia, lo guardaba en mi casa junto con los libros del colegio, porque Lila no se atrevía a tenerlo en la suya. En los últimos tiempos, su padre se enfadaba en cuanto la pescaba le yendo.
  • Adriana Nievescompartió una citahace 4 años
    El caso de Lila era distinto. Ya en primer curso de primaria estaba más allá de toda competición posible. Más aún, la maestra decía que si se empeñaba un poco muy pronto podría examinarse de segundo y, con menos de siete años, pasar a tercero. Más tarde, la diferencia aumentó. Lila hacía mentalmente cálculos complicadísimos, en sus dictados no había un solo error, hablaba siempre en dialecto como todos nosotros, pero, si se terciaba, sacaba a relucir un italiano de manual, echando mano incluso de palabras como «avezado», «exuberante», «como usted guste». De manera que cuando la maestra la hacía entrar en liza a ella para que dijera los modos o tiempos verbales o resolviera problemas, saltaba por los aires toda posibilidad de poner al mal tiempo buena cara y los ánimos se caldeaban. Lila era demasiado para cualquiera.
  • Angélica Hernández Moralescompartió una citahace 4 años
    Dicho con palabras de hoy, me pareció que no solo sabía decir bien las cosas, sino que estaba desarrollando un don que yo conocía ya: con mayor destreza que cuando era niña, tomaba los hechos y los expresaba de forma natural, cargados de tensión; reforzaba la realidad mientras la traducía en palabras, le inyectaba energía.
  • Marge O'coffecompartió una citahace 6 años
    Como tenía una apremiante necesidad de atención y estima corroborantes, esperé que al menos me vinieran de él.
  • Marge O'coffecompartió una citahace 6 años
    El 31 de diciembre de 1958 Lila tuvo su primer episodio de desbordamiento. El término no es mío, es el que ella utilizó siempre forzando el significado común de la palabra. Decía que en esas ocasiones de pronto se desdibujaban los márgenes de las personas y las cosas.
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