El fútbol participa de lo ordinario, de lo común, de lo banal, por tanto, la cultura no se le puede acercar. Puesto que esta cultura “se define como cultura”, dice Hubert Damisch, “por el modo de decisión que hace que se oponga a la naturaleza, a lo ‘natural’ bajo sus formas múltiples, y ataca sin parar las situaciones adquiridas, las condiciones establecidas, para convertirlas y renovarlas,