Anne Elliot, una soltera de veintisiete años que ha perdido la lozanía de su belleza, vive triste, resignada, y aún enamorada de Frederick Wentworth, un apuesto oficial de la Marina de quien se vio persuadida a separarse ocho años atrás, rompiendo así su compromiso ante la negativa de su padre a dar el consentimiento al matrimonio, y siguiendo el consejo de su amiga y madrina, lady Russell, quien consideraba la elección del joven inadecuada debido a su falta de fortuna y linaje. Ocho años después las circunstancias han cambiado. Frederick Wentworth regresa de las guerras napoleónicas convertido en capitán y con una fortuna considerable amasada gracias a su participación en los botines de guerra. La situación de Anne, por su parte, también ha cambiado, pues su familia se encuentra al borde de la bancarrota.
En su reencuentro se hace patente que el despechado marino no ha perdonado a Anne, a quien le reprocha su debilidad de carácter y su carencia de principios firmes al haber renunciado a su relación en el pasado tras dejarse influenciar por todos salvo por él mismo.