Idilio con perro ahogándose

mi estado, lejos de la realidad, yo pertenecía más a las cosas que habían pasado ante mis ojos que a las que me habían pasado a mí mismo,

Pero estaría bien que, cuando uno se encuentra en una situación comparable a una película, también pudiera tener la certeza de que acabará bien. Por otro lado, todas las situaciones son comparables a una película, dado que ya se ha rodado sobre todas las situaciones posibles.

na película, pensaba, quedará la esperanza de que al final se salve.

Él era editor y sabía que para alabar al silencio también hay que tener voz.

Nos gustaba la misma literatura, y gran parte del patrimonio de nuestro pasado daba fe de países ficticios, ciudades ficticias, donde habíamos pasado un tiempo ficticio con hombres y mujeres ficticios, y a menudo eran los mismos países, ciudades, hombres y mujeres, y, a pesar de todo, estábamos como dos días antes al teléfono: yo escuchaba, él escuchaba, cómo él, cómo yo, estaba hilvanando una frase… esta vez para volver a llamarnos el uno al otro y recordarnos que habíamos ido camino a la amistad… si es que una cosa así es posible a nuestra edad.

había vuelto de la lucha contra la naturaleza, había sobrevivido y ahora vivía en paz con los hombres y tenía el consuelo de que los hombres entendían su historia. Ésta no abarcaba en absoluto todo el patrimonio de su pasado, pero la había contado, y con esto bastaba: un hombre y un perro.

una medicina suave basada en el poder curativo de viejos sueños.

I shall be released de Bob Dylan

algunas noches nos encontramos en la cocina. Como si viniéramos de países diferentes.

la noche no envidio quien soy de día, pero de día sí me horroriza un poco este que por las noches tiene necesidades tan distintas,