De buenas a primeras la palabra «reacción» no parece más difícil de comprender que la palabra «acción», dice el autor. Pero la diversidad de sus acepciones ha llamado la atención de los historiadores. ¿Por qué el término, inicialmente científico, pasó a la filosofía, al psicoanálisis y a la política? La palabra «reacción», con sus múltiples implicaciones, ofrece tanto una explicación causal como una aceptación.