Libros
Ricardo Latcham

El tesoro de los piratas de Guayacán

En 1578, Francis Drake, corsario al servicio de Inglaterra, llegó a la bahía de Cicop, hoy conocida como La Herradura, en la región de Coquimbo. Ante las inclemencias climáticas recaló su navío Golden Hind en una bahía protegida de los vientos del sur, a la que nombraría como El Refugio. El mito popular sostiene que el mismo Drake enterró ahí un valioso tesoro, pero los expertos difieren y aseguran que Subatol Deul, pirata hebreo, habría realizado el entierro. Otros afirman que fue lord Anson, quien 200 años después escondió el botín.

Esta reedición del libro que en 1935 publicó el ingeniero y arqueólogo Ricardo Latcham, narra y recopila en detalle todas las aristas de esta historia que sigue vigente, encendiendo la imaginación, el deseo y la esperanza de encontrar la riqueza oculta. El interés de Latcham en el presunto tesoro lo llevó a realizar en 1930 una exhaustiva investigación financiada por el Estado chileno, empresa que le permitió conocer al único testigo de la llegada de un barco supuestamente holandés a comienzos del siglo pasado, un personaje que a su vez dedicó su vida a escarbar en la zona y a interpretar los vestigios encontrados.

El tesoro de los piratas de Guayacán no solo recopila antecedentes, documentos y otras pruebas que dan pie para creer en la existencia de este misterioso tesoro, sino que también invita al lector a sacar conclusiones propias, entregando nuevos antecedentes y puntos de vista sobre esta fascinante –y de algún modo inagotable— historia.
189 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
1905
Año de publicación
1905
Editorial
Hueders
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Opiniones

  • gonzalo ortegacompartió su opiniónhace 4 años
    🎯Justo en el blanco

Citas

  • gonzalo ortegacompartió una citahace 4 años
    A principios del año 1930 hicieron su primer hallazgo de importancia. Castro se dedicaba a abrir un hoyo debajo de uno de los grandes peñascos de la región, había llegado a dos metros de profundidad, cuando su herramienta destapó una gran olla de greda. Teniendo curiosidad por saber lo que contenía, la sacó a la superficie y pudo indagar que dentro de ella había un bulto formado por cueros medio podridos. Desenvolviendo estos, vio que estaban enrollados en una plancha de metal pesado, la cual, al limpiarla, resultó ser de cobre. Examinándola, notó que la plancha estaba cubierta por ambos lados de una serie de signos que parecían letras y con algunos dibujos, entre los cuales se pudo distinguir una carabela, un cañón y una rosa.
  • gonzalo ortegacompartió una citahace 4 años
    Apareció repentinamente ante la entrada de la bahía una poderosa escuadra española, compuesta de muchos buques de gran tamaño y bien armados y tripulados. Había en la bahía varios buques piratas, y debid
  • gonzalo ortegacompartió una citahace 4 años
    Dicen los documentos que los indios de la costa no eran los mismos que los de la sierra. Los unos no invadían las tierras de los otros, y vivían en armonía. Periódicamente se reunían en un punto indicado, en el cual se hacía un cambalache de productos, cambiando los de la costa sus pescados y mariscos secos por el oro y cobre llevados por los serranos.

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