miran la vida humana y la realidad en su conjunto, disciplinas filosóficas, como la ética. El farmacólogo puede estar interesado, por ejemplo, en investigar la dinámica de un medicamento. Bien, su ciencia se centra en esa parte de la realidad, y gracias a este recorte puede mantener los estándares de rigor y objetividad exigibles a la ciencia.