Liberación

Que hemos tenido la bendición, el regalo, la buena fortuna, la suerte, de conocer a alguien así, de atravesar el fuego, el agua, la piedra y el cielo juntos y salir, todos nosotros, con la fortaleza suficiente para saber cuándo resistir y cuándo abandonar la lucha.

La sensación de enamorarse por primera vez es increíble.
Pero la sensación de estar en tierra firme con una persona que me sostiene, me ancla, y saber que yo hago lo mismo por ella, es incluso mejor.

asombroso es que no le dé miedo volver a hacerlo. Cuando nos enamoramos por primera vez, no sabemos nada. Arriesgamos mucho menos que cuando decidimos volver a querer.

—Te quiero —declaro—. Sé que aún amas a otro, pero…
—Te quiero —contesta.

—Debes de pensar en ella cuando vuelas —añado y, aunque lo entiendo, noto una punzada de dolor. Hay lugares, momentos, en los que siempre pensaré en Xander. Cada vez que vea una piscina azul, una neorrosa roja, las raíces de una planta arrancada del suelo.
—Sí —responde—. Pero en ti pienso siempre.

—Te quiero —susurra.
—Te quiero —digo.

Pero llamaré viaje al viaje,
pues me ha llevado hasta ti.

Nieve cual felpa pisamos.
Las aguas murmuran,
tres ríos y la loma cruzados,
¡dos desiertos y el mar!

No te alcancé,
pero mis pies se acercan día a día.
Tres ríos y una loma que cruzar,
un desierto y un mar.
No llamaré viaje al viaje
cuando a ti te lo cuente.

Para las personas como yo, es una prueba de que son un lugar tan maravilloso que nadie quiere volver.