“Cada experiencia de la vida es una oportunidad de elegir de nuevo, una oportunidad de enmendar viejos errores, lo que nos permite crecer, experimentar y desarrollarnos”. El ego, por su parte, es un intento erróneo de la mente de percibirnos tal como deseamos ser en lugar de como somos. El ego juega a mentir, busca definiciones y proyecta siempre la responsabilidad hacia los demás; no quiere ser responsable, por lo cual no nos hacemos cargo de lo que ocurre en nuestras vidas. Es muy sutil y nos hace sentir culpables y con miedo. Nos lleva a actuar para demostrar nuestra valía y busca reconocimiento. Nos aparta del presente y nos mantiene siempre en el pasado. En fin, el ego convierte la vida en un infierno.