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Libros
Gustave Flaubert

Madame Bovary

  • Anacarsis Ramoscompartió una citahace 4 años
    Le parecía que ciertos lugares de la tierra debían de favorecer la felicidad, como una planta propia de un suelo determinado que no prospera en cualquier parte.
  • Andreacompartió una citael año pasado
    Porque aquel cariño crecía día a día gracias a la repulsión por el marido.
  • Andreacompartió una citael año pasado
    Entonces, los apetitos de la carne, las ansias de dinero y las melancolías de la pasión, todo se confundió en un mismo sufrimiento; — y, en vez de apartar su pensamiento, más se aferraba a él,
  • Andreacompartió una citael año pasado
    mma, por su parte, nunca se hizo preguntas para saber si lo amaba. Creía que el amor debía llegar de repente, con grandes resplandores y fulguraciones — huracán de los cielos que cae sobre la vida, la trastorna, arranca las voluntades como hojas y arrastra hacia el abismo el corazón entero
  • Yanel Arenascompartió una citael año pasado
    mil servilismos que lo alejaron de ella todavía más. Alegre al principio, expansiva y muy amorosa, al envejecer se había vuelto (como el vino aireado que se vuelve vinagre) de carácter difícil, gruñona, nerviosa.
  • • elaxmiyy •compartió una citahace 2 años
    amor de la lum‍­bre
  • Sophia Villanuevacompartió una citahace 3 años
    esos libros de que habla muestran la existencia rodeada de belleza, pero luego, cuando se llega a la realidad, se topa con el desencanto.
  • Sophia Villanuevacompartió una citahace 3 años
    ¿No es llegado el momento de proclamar que los ciegos verán, los sordos oirán y los cojos andarán? Lo que el fanatismo de antaño prometía a sus elegidos ¡la ciencia lo pone hoy al alcance de todos los hombres!
  • Sophia Villanuevacompartió una citahace 3 años
    Pero ¿quién la hacía tan desgraciada? ¿Dónde estaba la catástrofe extraordinaria que la había trastornado? Y alzó la cabeza, mirando en torno suyo, como para buscar la causa de lo que la hacía sufrir.
  • Sophia Villanuevacompartió una citahace 3 años
    Tengo un amante! ¡Un amante!», deleitándose en esta idea como si le hubiera sobrevenido una segunda pubertad. Así pues, por fin iba a conocer aquellas alegrías del amor, aquella fiebre de felicidad cuya esperanza había perdido.
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