Ray Bradbury

El Vino Del Estío

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En tres prodigiosos meses de 1928, Douglas Spaulding observa, escucha y saborea las sorpresas rituales de un verano especial: el descubrimiento de la vida y la muerte, el último tranvía, la limpieza de las alfombras, la aparición de las hamacas en los porches, la cosecha del vino del estío… pero también máquinas extraordinarias y magia misterios: la Máquina de la Felicidad, que casi destruye la felicidad de su inventor: la Máquina Verde, que pasea a dos viejas señoras por las calles del pueblo; la Máquina del Tiempo en el cuerpo de un viejo coronel; la terrible y fabulosa Madame Tarot….
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233 páginas impresas
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Opiniones

  • Yatzel Roldáncompartió su opiniónhace 5 años
    👍Me gustó
    🎯Justo en el blanco
    🐼Adorable

    En esta novela de corte autobiográfico, Bradbury cuenta el verano de 1928 de Douglas Spaulding. El vino de diente de león será testigo y guardián de todos los eventos que impactaron la vida de Douglas durante ese verano.

  • ferchomed160297compartió su opiniónhace 6 años
    👍Me gustó

Citas

  • Saray Orozcocompartió una citahace 2 años
    Bastaba levantarse y asomarse a la ventana para saber que éste era realmente el tiempo primero de la libertad y la vida, que ésta era la madrugada primera del estío.
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 5 años
    Ahora, todo un otoño, un invierno blanco, una primavera fresca y verde para sacar las sumas y totales del verano pasado. Y si olvidaba, allí estaba el vino almacenado en el sótano, numerado de día en día. Iría allí a menudo, miraría el sol de frente hasta que no pudiera mirar más, y luego cerraría los ojos y estudiaría las manchas, las cicatrices que le bailarían en los párpados tibios. Y arreglaría una y otra vez todos los juegos y reflejos hasta que el dibujo se aclarara.

    Así, pensando, Douglas se durmió.

    Y, durmiendo, dio fin al verano de 1928.
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 5 años
    - Es una muñeca de cera -dijo Tom-. ¿Por qué me traes aquí? - ¡Todo el tiempo preguntando por qué! -gritó Douglas-. ¡Porque sí, por eso! Porque… la luz de las arcadas se debilitaba… porque… Un día descubres que estás vivo. ¡Explosión! ¡Conmoción! ¡Iluminación! ¡Delicia!

    Ríes, bailas, gritas.

    Pero, no mucho después, el sol se pone. Cae la nieve, aunque nadie la ve en el mediodía de agosto.

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