El mundo contemporáneo empieza ahí, en ese Big Bang moderno, origen de los flujos financieros inmediatos. Choque de ideologías, choque de civilizaciones, conflictos religiosos y culturales, son sólo capítulos del mundo. Pero si se observan a través de la herida de los capitales criminales, todos los vectores y los movimientos se convierten en otra cosa. Si se ignora el poder criminal de los cárteles, todos los comentarios y las interpretaciones sobre la crisis parecen basarse en un equívoco. Ese poder hay que mirarlo, clavarle la mirada en el rostro, en los ojos, para entenderlo. Ha construido el mundo moderno, ha engendrado un nuevo cosmos. El Big Bang ha partido de aquí.