Ángeles y demonios

Nuestras raíces invaden todo lo visible, incluso la fortaleza sagrada de nuestro enemigo más encarnizado.

—No veo a ningún cardenal —susurró Vittoria—.

Leonardo era considerado un hombre peligroso por muchos puristas del CERN. Fusionar ciencia y religión es la máxima blasfemia científica.

«No me importa lo que digas de mí, pero deletrea bien mi nombre».

oyó un siseo de carne quemada cuando su ojo izquierdo chisporroteó. El hombre volvió a chillar y se llevó las manos a la cara.

—Ojo por ojo —siseó Vittoria.

Esta vez, hizo girar la antorcha como un bate

Imágenes de Vittoria y el hassassin empezaron a remolinear en su mente

Uno de los cuatro hombres que más posibilidades tenían de ser Papa yacía muerto delante de él.

Después, por primera vez desde hacía años, Langdon lloró.

Robert Langdon yacía sobre un lecho de monedas en el fondo de la Fuente de los Cuatro Ríos. Aún tenía en la boca la manguera de plástico. Le quemaba la garganta, pero no se quejaba. Estaba vivo.

experimentó una potente erección.