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Libros
Leila Guerriero

Una historia sencilla

  • Linda Priscompartió una citahace 5 meses
    Después, durante cuatro minutos cincuenta y dos segundos, hizo crujir la noche bajo su puño.

    Él era el campo, era la tierra seca, era el horizonte tenso de la pampa, era el olor de los caballos, era el sonido del cielo del verano, era el zumbido de la soledad, era la furia, era la enfermedad y era la guerra, era lo contrario de la paz. Era el cuchillo y era el tajo. Era el caníbal. Era una condena. Al terminar golpeó la madera con la fuerza de un monstruo y se quedó allí, mirando a través de las capas del aire hojaldrado de la noche, cubierto de estrellas, todo fulgor. Y, sonriendo de costado –como un príncipe, como un rufián o como un diablo–, se tocó el ala del sombrero. Y se fue.
  • Cecilia GMcompartió una citael año pasado
    Después, durante cuatro minutos cincuenta y dos segundos, hizo crujir la noche bajo su puño.
    Él era el campo, era la tierra seca, era el horizonte tenso de la pampa, era el olor de los caballos, era el sonido del cielo del verano, era el zumbido de la soledad, era la furia, era la enfermedad y era la guerra, era lo contrario de la paz. Era el cuchillo y era el tajo. Era el caníbal. Era una condena. Al terminar golpeó la madera con la fuerza de un monstruo y se quedó allí, mirando a través de las capas del aire hojaldrado de la noche, cubierto de estrellas, todo fulgor. Y, sonriendo de costado –como un príncipe, como un rufián o como un diablo–, se tocó el ala del sombrero. Y se fue.
    Y así fue.
    No sé si lo aplaudieron. No me acuerdo.
  • Alejandracompartió una citahace 2 años
    Rodolfo se agacha y, sobre la espalda del nene, escribe, trabajosamente, una dedicatoria. Después se despide con un beso, camina hasta la sala de prensa y, en un rincón, empieza a desvestirse. Se quita la chaqueta, la rastra, la faja, la camisa. Y, antes de guardarlas en el bolso marrón, a cada una de esas cosas les da un beso.

    Yo no lo vi llorar, pero lloraba
  • Alejandracompartió una citahace 2 años
    Es difícil estar acá. Ahora no quería terminar más de zapatear. Pero ya el físico no me da. Hoy me levanté medio triste, con muchas ganas de llorar, porque éste es el final de mi carrera. Laborde me dio todo y hoy se lleva todo. Todo queda acá. Espero poder representar a Laborde y a nuestro país lo más impecablemente posible. Por los que vienen. Por los que sueñan. Gracias a ustedes, pueblo de Laborde, por hacerme sentir un rey. Por haberme dado tanto. Por haberme ayudado a ser lo que soy.
  • Alejandracompartió una citahace 2 años
    El jurado de esta nueva edición consagra campeón nacional de malambo aaaa...!

    Y entonces el nombre del campeón estalla y esto es lo primero que sucede: el Tonchi y Rodolfo se abrazan y caen de rodillas. El Tonchi llora como un loco y Rodolfo no lo suelta, pero no llora. Cierra los ojos con fuerza, como si hubiera recibido un golpe. En el escenario estallan los fuegos de artificio y el centro del mundo son esos dos hombres, ese pequeño núcleo de amistad sin condiciones donde laten todos los inviernos de hambre y los riñones rotos del Tonchi y las zapatillas viejas de Rodolfo porque el locutor acaba de decir que el nuevo campeón de Laborde, señoras y señores, es él, es Rodolfo González Alcántara, y Miriam se tapa la boca con las manos y empieza a llorar, y Carlos Medina llora, y Fernando Castro llora y Rodolfo y el Tonchi siguen ahí, arrodillados, hasta que Miriam se acerca y Rodolfo se levanta y la abraza, y Fernando Castro se acerca y Rodolfo lo abraza, y se escucha el himno de Laborde sobre el que la voz del locutor que pregunta:

    –¿Dónde está el campeón? ¿Dónde está el campeón?
  • Alejandracompartió una citahace 2 años
    extrema, cuando no rima con violencia, cuando está exenta de la brutalidad con que nos gusta verla –leerla– revestida?
  • Alejandracompartió una citahace 2 años
    ¿Nos interesa leer historias de la gente como Rodolfo? ¿Gente que cree que la familia es algo bueno, que la bondad y Dios existen? ¿Nos interesa la pobreza cuando no es miseria
  • Alejandracompartió una citahace 2 años
    Tienen veintiuno, veintidós, veintitrés años. Aspiran a tener, sobre el escenario, pero también debajo, los atributos que se suponen atributos gauchos –austeridad, coraje, altivez, sinceridad, franqueza– y ser rudos y fuertes para enfrentar los golpes. Que siempre son, como ya fueron, muchos.
  • Alejandracompartió una citahace 2 años
    Tienen veintiuno, veintidós, veintitrés años. Aspiran a tener, sobre el escenario, pero también debajo, los atributos que se suponen atributos gauchos –austeridad, coraje, altivez, sinceridad, franqueza– y ser rudos y fuertes para enfrentar los golpes. Que siempre son, como ya fueron, muchos.
  • Alejandracompartió una citahace 2 años
    Tienen veintiuno, veintidós, veintitrés años. Aspiran a tener, sobre el escenario, pero también debajo, los atributos que se suponen atributos gauchos –austeridad, coraje, altivez, sinceridad, franqueza– y ser rudos y fuertes para enfrentar los golpes. Que siempre son, como ya fueron, muchos.
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