Según el espacio cultural que se considere, el hombre puede ser una criatura de carne y hueso, que se rige por las leyes anatomofisiológicas; un laberinto de formas vegetales, como en la cultura canaca; una red de energía, como en la medicina china, que conecta al hombre con el universo que le rodea a la manera de un microcosmos; un bestiario que presenta en su seno todas las amenazas de la jungla; una parcela del cosmos estrechamente unida a los flujos del medio ambiente; un reino habitado por los espíritus...