Daniel Siegel,Tina Payne Bryson

La disciplina sin lágrimas

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Un cuenco sale disparado por la cocina y toda la pared queda salpicada de leche y cereales. Entra el perro corriendo desde el jardín, inexplicablemente pintado de azul. Uno de tus hijos amenaza a su hermana pequeña. ¿Qué haces? Antes de que respondas, queremos pedirte que te olvides por completo de todo lo que sabes sobre disciplina. Olvídate del significado de la palabra misma, y también de lo que has oído sobre cómo han de reaccionar los padres cuando los niños hacen algo que no deben. En vez de ello, plantéate la siguiente pregunta: ¿estás dispuesto al menos a considerar un enfoque distinto de la disciplina? ¿Aceptarás un punto de vista orientado a alcanzar tu objetivo inmediato —lograr que tus hijos hagan lo correcto en el momento adecuado—, amén de tu objetivo más a largo plazo —ayudarles a ser buenas personas, felices, prósperos, amables, responsables e incluso autodisciplinados? En ese caso, este libro es para ti.Hace algunos años
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357 páginas impresas
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Citas

  • Frida Rendoncompartió una citael año pasado
    Incluso cuando las intenciones de los padres son buenas, el aislamiento suele utilizarse de forma inapropiada. Quizá queremos el aislamiento para dar a los niños la oportunidad de tranquilizarse y recobrar la compostura y que así puedan salir de su caos interno y pasar a una fase de calma y cooperación. Sin embargo, muchas veces los padres emplean este recurso con carácter punitivo, y entonces el objetivo no es ayudar al niño a volver a su punto de partida tranquilo ni a aprender una lección importante, sino castigarle por alguna mala conducta. El aspecto didáctico, tranquilizante, del aislamiento se pierde por completo.
  • Frida Rendoncompartió una citael año pasado
    Colocarlos en una situación de aislamiento les impide tomar decisiones empáticas y ser personas activas con facultades para comprender las cosas. Queremos darles la oportunidad de resolver problemas, tomar decisiones acertadas y recibir consuelo cuando se enfrentan al desánimo. Puedes hacer muchísimo bien a tus niños formulando esta simple pregunta: «¿Tienes alguna idea para afrontar esta situación y solucionar el problema?». Si les das la oportunidad cuando ya están tranquilos, por lo general los niños hacen lo correcto y en el proceso aprenden.
  • Frida Rendoncompartió una citael año pasado
    Resumiendo, el aislamiento no suele conseguir su objetivo: que los niños se calmen y reflexionen sobre su conducta. Según nuestra experiencia, el aislamiento solo vuelve a los niños más enojados y disfuncionales, con lo que acaban siendo menos capaces de controlarse o de pensar en lo que han hecho. Además, ¿con qué frecuencia crees que los niños utilizan su aislamiento para meditar sobre su conducta? Tenemos una noticia para ti: durante el tiempo de aislamiento, el niño piensa sobre todo en lo malos que son sus padres por haberle castigado.
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