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David Barba

El eneagrama del mulá Nasrudín

  • Ismael Flores Vargascompartió una citahace 3 meses
    Para este eneatipo de orientación guerrera, la búsqueda del triunfo y la superación de obstáculos se vuelven la mayor motivación, aun a costa de su humanidad y de su vida. El afectado puede llegar a sentirse poderosamente inmortal, divino. Pero su gran sombra, su miedo absoluto, es quedar desvalido, aunque al mismo tiempo esta sería su cura: sentirse débil, frágil, reconocer su dependencia.
  • Ismael Flores Vargascompartió una citahace 3 meses
    El E8 es «duro de mollera» porque si bien no evita la confrontación, sí pone mucho empeño en escapar de la interiorización. El E8 carece de profundidad emocional y de capacidad para pensar con claridad. La anestesia moral, la ausencia de sentido de culpa, la impulsividad y la habitual falta de consideración hacia los sentimientos ajenos son parte de su carácter. No solo reprime sus emociones, sino también su racionalidad, con lo que su visceralidad se hiperdimensiona tomando el control de la psique y llevando al individuo a una gran compulsividad.

    ¿Por qué siempre entra en conflicto con otros? ¿Por qué se deja llevar tanto por la acción? ¿No ha entendido aún que a veces es mejor rendirse? ¿No hay algo sabio en dar alguna que otra vez el brazo a torcer? Por desgracia, también es el carácter menos sensible del eneagrama.
  • Ismael Flores Vargascompartió una citahace 3 meses
    Karl Marx fue capaz de trascender los rasgos de su carácter poniendo su rebeldía y su carisma al servicio de la humanidad, y transmutando su alianza infantil con la madre en contra del padre en una maravillosa vida de solidaridad con los explotados del mundo.
  • Ismael Flores Vargascompartió una citahace 3 meses
    ¿Cómo se llega a semejante intensidad mal entendida? El E8 es, junto al E4, el carácter más extremo: uno disfruta infligiendo dolor, y el otro disfruta sufriendo. Juntos encarnan un eje sadomasoquista en el eneagrama. Si uno necesita sufrir para cerciorarse de que está vivo, el otro necesita de una expansividad sin límites para llenar su vacío existencial.

    Por supuesto, alguien que viola sistemáticamente los derechos de los demás no es –como pretende el eneagrama azucarado– un «desafiador» o un «jefe», sino un tirano, un dictador intolerante e insensible. No es de extrañar, por tanto, que entre los déspotas de la historia encontremos a una multitud de E8.
  • Ismael Flores Vargascompartió una citahace 3 meses
    Si por alguna razón te opones a un E8, hará lo posible por aplastarte (y seguramente lo conseguirá). Para ello, no reparará en medios: amenazas, acoso, violencia, extorsión. Si está en su mano, decretará tu muerte social (en algunos casos extremos, podría, incluso, liquidarte). Sea por uno u otro medio, hará que lo temas, aunque disfrace su dominio sobre ti de complicidad contigo.
  • Ismael Flores Vargascompartió una citahace 3 meses
    Algunos E8 alegarán que no son violentos. Conozco a muchos que han hecho bandera de la protección de los débiles y que se pasan la vida reivindicando su generosidad, muestran gran lealtad a los suyos, parecen dispuestos a afrontar grandes sacrificios por sus amigos, son grandes líderes y le dan mucha importancia al honor. Seguramente destinarán parte de sus ganancias a Cáritas, participarán de esta o aquella ONG, salvarán ballenas y a los niños de Biafra, donarán el cinco por ciento del dinero que producen para repoblar los bosques, darán limosnas abultadas a los pobres o arriesgarán su vida por bajar a un gatito de un árbol. Pero prueba a contrariar sus deseos y te enseñarán los dientes. Pueden parecer joviales, carismáticos, afables y protectores, pero por mucho que el lobo se vista de cordero… Una mañana pueden llegar enfadados a la oficina y empezar a maltratar psíquica o incluso físicamente a sus trabajadores (estas bestias dominantes rara vez trabajan por un salario).
  • Ismael Flores Vargascompartió una citahace 3 meses
    El sentido de la «justicia» del E8 es simple: si te sometes, te protejo; si te rebelas, te machaco. Una vez que impone su dominio, el E8 quizá se da cuenta del precio que paga: la soledad, el aislamiento, el temor que infunde en los demás (tristes contrapartidas de sus supuestas conquistas y de su política terrorista). Para compensarse y para evitar cualquier sentimiento de culpa, seguramente se empeñará aún más en no necesitar a nadie, en ser autosuficiente y en estar orgulloso de ello. La insensibilidad es uno de los rasgos más destacados de este carácter. Encallecido e implacable, realista, tosco y antiemocional, el E8 se volvió un experto en transformar la ansiedad en fuente de excitación, volviéndose adicto a ella. Así, la vida no tiene sabor si no la vive a lo bestia. Y aun en el extremadamente improbable caso de que este bruto irracional se dé cuenta del precio que paga por ello, es probable que le importe un rábano: en su idiocia, estamos ante un tipo que no se apega, pero que tampoco ama profundamente; su corazón es duro como una piedra.
  • Ismael Flores Vargascompartió una citahace 3 meses
    El cobrador sabe que ni el gobierno ni la revolución van a solucionarle los problemas, y se cobra su bienestar por sus propios medios. «¡Todos me deben algo! Me deben comida, coños, cobertores, zapatos, casa, coche, reloj, muelas; todo me lo deben». Su capacidad para identificar la mentira es enorme (la de todos, menos la suya, claro). «Me quedo ante la televisión para aumentar mi odio. Cuando mi cólera va disminuyendo y pierdo las ganas de cobrar lo que me deben, me siento frente a la televisión y al poco tiempo me vuelve el odio.» El cobrador no se pliega ante nada ni nadie, es un antisocial, y para evitar que los demás lo nieguen, los pisotea. El E8 tiene un odio antiguo, subyace en él la sensación de no haber sido respetado. «Me deben escuela, novia, tocadiscos, respeto, sándwich de mortadela en el bar de la calle Vieira Fazenda, helado, balón de fútbol.» ¿Quién le debe todo eso? En los orígenes, sus padres, que seguramente no supieron cuidar de él.
  • Ismael Flores Vargascompartió una citahace 3 meses
    Algunos consideran al E8 un instintivo. Su carisma, esa forma suya de hacer y decir sin filtros lo que le pasa por las gónadas en cada momento sin temer las consecuencias o preocuparse por las normas sociales, parece tener cierto encanto. Pero sentir una pulsión violenta no tiene nada que ver con tener afinado el instinto; más que un instintivo, el E8 es presa de una visceralidad compatible con los accesos de rabia típicos de este carácter, con su desprecio hacia los demás (especialmente los débiles) y con su actitud castigadora, que se escuda en culpabilizar, en buscar cabezas de turco, y que trata especialmente de intimidar al otro hasta que lo somete, subordina o humilla, consiguiendo a menudo salirse con la suya a base de dar miedo. La brusquedad, la hostilidad y el sadismo del E8 pueden no conocer límites; al mismo tiempo, no se deja intimidar fácilmente: he aquí a un Juan sin miedo que a menudo parece sentir desprecio incluso hacia su propia vida.

    Esta actitud castigadora y de desprecio a la vida es la señal de una venganza –fijación del E8: el individuo se toma la justicia por su mano en respuesta al dolor y la humillación recibidos en la infancia–. «Es como si quisiera cambiar los papeles en el mundo y, después de haber sufrido frustración o humillación para placer de otros, hubiera determinado que ahora es su turno de obtener placer, aunque eso conlleve dolor para otros. O especialmente si conlleva dolor para otros, porque en esto puede consistir la venganza.»
  • Ismael Flores Vargascompartió una citahace 3 meses
    ¿Cómo alguien puede ser un compañero o esposo, y al mismo tiempo comportarse como un matón sin escrúpulos? Carismático y cruel, arrogante y despectivo, el E8 logra que a su alrededor todos se sientan poca cosa. Este carácter se dedica a abrumar a los demás, a empequeñecerlos para reivindicarse. Estamos ante un líder. Y digo líder –y no autoridad– porque el E8 no reconoce otra autoridad que su caprichosa voluntad. Enemigo declarado de las normas, las convenciones y los consensos, no respeta más acuerdos que los que impone, desprecia a los que pactan como a pusilánimes y escupe sobre aquellos que acatan el orden social. De paso, no solo desprecia abiertamente a cualquiera que tenga un prestigio o un rango, sino que los confronta osada y abiertamente para que se aparten de «su» camino, para tomar su lugar.
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