Los niños heterónomos piensan que las reglas son absolutos morales. Creen que en todos los asuntos morales hay un lado correcto y otro incorrecto, y lo correcto significa seguir las reglas. En el estadio del relativismo moral o la moralidad autónoma (entre los 10 y los 11 años), la mayoría de los niños han alcanzado el segundo estadio moral de Piaget. Este estadio se caracteriza porque los niños mayores y autónomos se dan cuenta ya de que las reglas sociales son acuerdos arbitrarios que se pueden desafiar e incluso modificar con el acuerdo de las personas a quienes regulan. También piensan que las reglas se pueden infringir al servicio de las necesidades humanas (Shaffer, 2002).