Un soplo de vida

Tengo miedo de cuando la tierra se formó. Qué tremendo estruendo cósmico

Vivir es una especie de locura que la muerte comete

la prisa es enemiga de la perfección

Te amo tanto como si siempre estuviese diciéndote adiós.

Mi propia vida tiene enredo verdadero. Sería la historia de la corteza de un árbol y no del árbol. Un cúmulo de hechos que solo explicaría la sensación.

agonía», pues nació d

El objeto —la cosa— siempre me ha fascinado y de algún modo me ha destruido.

Lo que Ángela hace: escribir sin ningún compromiso. A veces escribir una sola línea basta para salvar el propio corazón.

Ángela es quien ve y estudia las cosas con el afán de aprovecharlas para la escultura o porque le gusta la escultura. Es un personaje tan autónomo que se interesa por cosas que a mí, su autor, no me dicen nada. La observo escribiendo sobre objetos. Es un estudio libre del cual no participo. Mientras que para Ángela las cosas son personales, para mí el estudio de la cosa es demasiado abstracto.

No comenzará nada. Primero, porque Ángela nunca acaba lo que ha comenzado. Segundo, porque todas sus notas para el libro son dispersas y fragmentarias y Ángela no sabe enlazar ni elaborar. Nunca será escritora. Eso le ahorra el sufrimiento de la aridez. Es muy sabia en colocarse al margen de la vida y disfrutar de la simple nota irresponsable.