Toledo, 1479. Nace Juana I de Castilla, tercera hija de los Reyes Católicos.
Pese a tener una esmerada educación, ni sus padres, Isabel I de Castilla y
Fernando II de Aragón, ni su esposo ejercieron la regencia hasta que su hijo
Carlos I tuvo la mayoría de edad. A la muerte de Felipe, su padre Fernando,
para evitar que reinara, la encerró en Tordesillas en 1509 donde vivió en
cautiverio hasta el día de su muerte acaecida el 11 de abril de 1555. Turbias
pasiones, odios profundos, envidias desmedidas, mentiras infames y ambiciones
descontroladas marcaron la desgraciada vida de una reina predestinada a cargar
con el peso de más de doscientas coronas que la hundieron en la desesperanza,
pero jamás en el olvido