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Rick Riordan

La batalla del laberinto

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  • Mariia MNcompartió una citael año pasado
    Annabeth me miró furiosa, como si tuviera ganas de darme un puñetazo. Y entonces hizo una cosa que me sorprendió todavía más. Me besó.
  • Mariia MNcompartió una citael año pasado
    Y más bien me gustaba que hubiera transgredido las normas para venir a sentarse a mi lado.
  • ecompartió una citahace 4 años
    ¿Vendrás?

    Ni siquiera lo dudé.

    —Cuenta conmigo.

    Ella sonrió por primera vez en varios días y, solamente con eso, sentí que todo lo demás valía la pena.
  • Luciana Barquinerocompartió una citahace 2 meses
    —Nos las arreglaremos —le prometí.

    Se le había soltado el pelo y le caía alrededor de la cara en una enmarañada cascada rubia. Sus ojos grises parecían casi negros.

    —Desde que tenía siete años deseo dirigir una búsqueda —dijo.

    —Lo vas a hacer de maravilla.

    Me miró agradecida, pero enseguida bajó la vista y se concentró en los libros y rollos que había sacado de los estantes.

    —Estoy preocupada, Percy. Quizá no tendría que haberte pedido que vinieras. Y tampoco a Tyson y Grover.

    —¡Eh!, ¡somos tus amigos! No nos lo perderíamos por nada del mundo.

    —Pero... —Se interrumpió.

    —¿Qué ocurre? —pregunté—. ¿Es la profecía?

    —Seguro que todo irá bien —dijo con un hilo de voz.

    —¿Cuál es el último verso?

    Entonces hizo algo que me sorprendió de verdad. Pestañeó para reprimir las lágrimas y extendió los brazos hacia mí.

    Me acerqué y la abracé. Sentí un enloquecido revoloteo de mariposas en el estómago.

    —Eh... ¡que todo va de maravilla! —Le di unas palmaditas en la espalda.

    Adquirí de pronto una aguda percepción de la habitación entera. Tenía la sensación de que podía leer el rótulo más diminuto de cualquier libro de las estanterías. El pelo de Annabeth olía a champú al limón. Estaba temblando.
  • Luciana Barquinerocompartió una citahace 2 meses
    —Ponte otra vez la gorra —dije—. ¡Y lárgate!

    —¿Cómo? —chilló Annabeth—. ¡No! ¡No voy a dejarte aquí!

    —Tengo un plan. Yo los distraeré. Tú puedes usar la araña metálica. Quizá vuelva a conducirte hasta Hefesto. Has de contarle lo que ocurre.

    —Pero ¡te matarán!

    —Todo saldrá bien. Además, no tenemos opción.

    Annabeth me miró furiosa, como si tuviera ganas de darme un puñetazo. Y entonces hizo una cosa que me sorprendió todavía más. Me besó.

    —Ve con cuidado, sesos de alga. —Se puso la gorra y desapareció.

    En otras circunstancias, probablemente me habría quedado allí sentado el resto del día, contemplando la lava y tratando de recordar cómo me llamaba. Pero los demonios marinos me devolvieron bruscamente a la realidad.
  • fraymar tejedacompartió una citahace 3 meses
    —Papá, cuando estaba en el laberinto me encontré a Anteo. Y me dijo… bueno, que era tu hijo preferido. Había decorado su pista de combate con calaveras y…
    —Me las había dedicado a mí —intervino Poseidón, completando mi pensamiento—. Y te preguntas ahora cómo es posible que alguien pueda hacer algo horrible en mi nombre.
    Asentí, incómodo.
    Poseidón me puso su mano curtida en el hombro.
    —Percy, los seres inferiores hacen muchas cosas horribles en nombre de los dioses. Lo cual no significa que los dioses estén de acuerdo. Lo
  • fraymar tejedacompartió una citahace 3 meses
    —Ah, vaya —replicó mi padre—. Lástima. A mí el besugo me gusta bastante. Yo soy Poseidón.
    —¿Poseidón? Un nombre interesante.
    —Sí, no está mal. He tenido otros nombres, pero prefiero Poseidón.
    —Como el dios del mar.
    —Justamente, sí.
    —¡Bueno! —intervino mi madre
  • fraymar tejedacompartió una citahace 3 meses
    Hefesto se levantó.
    —Adiós, muchacho. Hiciste bien destruyendo a los telekhines. Siempre me acordaré de ti por ese motivo.
  • fraymar tejedacompartió una citahace 3 meses
    ¡y lo experimentaréis ahora mismo si no os ECHÁIS ATRÁS!
  • fraymar tejedacompartió una citahace 3 meses
    os caballos relincharon y me hicieron un montón de promesas, asegurándome que en adelante se portarían como unos buenos caballitos carnívoros
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