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Libros
Elizabeth Jelin

La lucha por el pasado

Lejos de ser un objeto clausurado, el pasado vuelve una y otra vez sobre el modo en que vivimos el presente y proyectamos el futuro. Las sociedades, especialmente las que han atravesado procesos de violencia política, reescriben los sentidos de ese pasado mediante la memoria: aquello que eligen recordar, honrar en monumentos y también olvidar. Pero la memoria social nunca es única ni definitiva. Por el contrario, palabras y silencios son disputados en la coyuntura de los debates políticos e ideológicos de cada época.
Centrado en la experiencia argentina desde los años setenta del siglo XX, pero atendiendo al contexto del Cono Sur y a procesos similares en el mundo, este libro cuenta al menos tres historias entrelazadas. En primer lugar, la de la elaboración de las memorias del pasado reciente: una construcción colectiva en la que los movimientos de derechos humanos fueron protagonistas fundamentales. La lucha por el pasado repasa también la historia de los estudios sobre memoria, derechos humanos y política, la trama en la que se forjaron y discutieron ideas y discursos. Al hacerlo, relata con lucidez el recorrido intelectual y subjetivo de la propia autora, pionera y faro de este campo de investigación.
En esta nueva edición de una obra personalísima, con un prefacio en el que llama a revisar las herramientas de análisis en el contexto de la reacción de extrema derecha, Elizabeth Jelin ofrece una magistral síntesis de su extensa reflexión sobre las memorias, esas piezas vitales en la construcción de un horizonte democrático.
401 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2019
Año de publicación
2019
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Citas

  • Sócrates Ramírezcompartió una citahace 3 años
    Cuando los documentos refieren a regímenes totalitarios o dictatoriales, en los que la arbitrariedad y la clandestinidad son la norma del accionar estatal, el tema del resguardo de los rastros y la organización de archivos merece especial atención. Los regímenes dictatoriales siempre actuaron –y actúan– desde la arbitrariedad del poder y mediante acciones de carácter ilegal y clandestino. Es de esperar, entonces, que en muchos casos no hayan dejado registro escrito o documental. Sin embargo, se trató de regímenes con cadenas de mando, con organización burocrático-militar, con instituciones policiales y de inteligencia, cuyas prácticas burocráticas implican llevar registros, redactar informes, organizar prontuarios y archivos. Mantener y alimentar esos registros, acumularlos y ordenarlos, es parte de las tareas habituales de los regímenes autoritarios. Los informes de inteligencia, junto con las “confesiones” de detenidos extraídas bajo tortura y los documentos secuestrados en el momento de la detención, se combinan en frondosos prontuarios individuales y de grupos de oposición.
  • Sócrates Ramírezcompartió una citahace 3 años
    Una vez establecidos los archivos y fondos documentales oficiales, sus historias reiteran las controversias y disputas sobre sus límites. ¿Qué debe guardarse en el Archivo Nacional y qué en los provinciales? ¿Qué documentos deben permanecer en esos archivos gubernamentales y cuáles conviene conservar en archivos de instituciones específicas, gubernamentales (como organismos militares o educacionales) o no gubernamentales (como la Iglesia católica)? ¿Qué papeles se tiran? ¿Con qué criterio y qué poder se hace la selección?[62] La controversia sobre cuáles papeles son oficiales y cuáles pertenecen a un funcionario (por ejemplo, al presidente) no deja de surgir.[63]
  • Sócrates Ramírezcompartió una citahace 3 años
    El régimen dictatorial puede haberse basado en el convencimiento de su longevidad, de la legitimidad burocrática de su accionar, de su capacidad para mantenerse impune ante cualquier incriminación. De haber sido así, no habría ninguna urgencia por destruir estos documentos. Sólo en el momento de decadencia del régimen, y ante la inminencia de su colapso, los gobernantes dictatoriales ordenan la destrucción de la documentación para no dejar rastros que puedan incriminarlos en el futuro.[65]

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