Ancianas que plantan cara a los jovencitos, vejetes que se drogan instigados por una misteriosa enfermera, comisarios que enseñan a robar… y Benjamin Malaussène tiene que hacer frente a todo ello. Cuando empezó a escribir El hada carabina, segunda entrega de las aventuras de la tribu Malaussène, Daniel Pennac se dijo: «Voy a divertirme dando vuelta a los estereotipos; y no a uno, sino a todos de manera sistemática». Y logró crear una gran novela —premiada en varias ocasiones— en la cual, además de la intriga, brillan la ternura, la profundidad psicológica, el sentido del humor y la denuncia social.