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Evangelios apócrifos

Los Evangelios apócrifos se escribieron en los primeros siglos del cristianismo y cuentan historias relativas a Jesús, que no aparecen en los textos canónicos. Son escenas omitidas por la ortodoxia cristiana, que se encontraron, en el siglo XX, en los rollos del Mar Muerto y los de Nag Hammadi.
A estos documentos se les dio el nombre de Evangelios por su aspecto similar a los cuatro evangelios admitidos en el canon del Nuevo Testamento. Sin embargo, muchos de ellos no tienen un estilo evangélico. Algunos de estos escritos aparecieron en comunidades gnósticas, con la intención de contener palabras y mensajes ocultos (en griego, apokryphos).
Cabe comentar que el término apócrifo no indicaba en sus orígenes falsedad, sino misterio. Estos mensajes, ocultos entre los discursos y atribuidos a Cristo, estaban reservados a los iniciados en esas comunidades.
La lectura de los Evangelios apócrifos nos ilustra sobre la forma en que se comprendió el cristianismo en los primeros siglos de su historia y, en particular, la figura de Jesús, de la que los evangelios apócrifos ofrecen una imagen muy diferente a la de los canónicos. Aquí se cuenta la infancia de Jesúcristo y sus aventuras mundanas.
400 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2012
Año de publicación
2012
Editorial
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Citas

  • Anacompartió una citahace 6 meses
    Entonces se cumplió lo que había dicho el profeta: Los lobos pacerán con los corderos, y el león y el buey comerán la misma paja. Porque había dos bueyes y una carreta en la que iban los objetos necesarios, y los leones los dirigían en su marcha.
  • Anacompartió una citahace 6 meses
    Habiendo llegado a una gruta, y queriendo reposar allí, María descendió de su montura, y se sentó, teniendo a Jesús en sus rodillas. Tres muchachos hacían ruta con José, y una joven con María. Y he aquí que de pronto salió de la gruta una multitud de dragones, y, a su vista, los niños lanzaron gritos de espanto. Entonces Jesús, descendiendo de las rodillas de su madre, se puso en pie delante de los dragones, y éstos lo adoraron, y se fueron. Y así se cumplió la profecía de David: Alabad al Señor sobre la tierra, vosotros, los dragones y todos los abismos.
  • Anacompartió una citahace 6 meses
    . Mas José se negaba a ello, diciendo: Soy viejo, y tengo hijos, al paso que ella es una niña. No quisiera servir de irrisión a los hijos de Israel.

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