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Libros
Flannery O'Connor

Diario de oración

Entre enero de 1946 y septiembre de 1947, Flannery O'Connor escribió un diario que contenía una serie de “cartas dirigidas a Dios”. Comenzó con él cuando aún no había cumplido los veintiún años, al poco de salir de su Savannah natal e instalarse en Iowa City para realizar sus estudios. Consciente de que estaba haciendo una cosa inaudita, cuando lo terminó era evidente que la escritura del diario había supuesto un cambio en su vida.

El ambiente cultural y creativo que Flannery encontró en Iowa puso a prueba su saber y su creer. Algunos de sus colegas hablaban de la irracionalidad de la fe, y ella quería saber, desafiada por los que no creían, si increpaba a Dios para estar tranquila.

Este cuaderno, aunque incompleto, es el testimonio de quien toma en serio estas objeciones y se dirige a Dios como interlocutor. Flannery O'Connor no elude la contradicción ni consigo misma, ni con la cultura de su época, ni con Dios. De hecho, la “batalla” que comienza en estas páginas es la misma que desarrollará a lo largo de toda su vida y su escritura.

La obra contiene en la parte final el facsímil del diario original.
87 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2020
Año de publicación
2020
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Opiniones

  • Ricardo Mejía Lópezcompartió su opiniónel año pasado
    👍Me gustó

    “Conversaciones “ que buscan el amor de Dios

Citas

  • Ricardo Mejía Lópezcompartió una citael año pasado
    Querido Señor:
    Por favor, haz que te necesite. Sería la mayor bendición. No que te necesite cuando pienso en Ti, sino que te necesite constantemente, que piense en Ti todo el tiempo, que la necesidad me guíe, que sea como un cáncer dentro de mí. Que me mate como un cáncer y que eso sea mi cumplimiento
  • Ricardo Mejía Lópezcompartió una citael año pasado
    Al darnos la Iglesia católica, Dios nos quita el placer de tener que buscarla, y en esto muestra de nuevo su misericordia hacia una como yo y, por tanto, hacia todos los católicos contemporáneos, porque si no nos la hubiera dado, ni la habríamos buscado. [La Iglesia católica] es sin duda su providencia con las almas mediocres (un instrumento para nosotros y para la estatua de Bloy)
  • Ricardo Mejía Lópezcompartió una citael año pasado
    Quiero sentir. Quiero amar. Tómame, querido Señor, y colócame en la dirección en la que deba ir. Mi Señora del Perpetuo Socorro, ruega por mí

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