La Tienda (Cosas Necesarias)

mundo está lleno de personas necesitadas que no comprenden que todo, absolutamente todo, está a la venta… si estás dispuesto a pagar el precio.

Pero en el cielo y en la tierra existen cosas más fantásticas de lo que nos imaginamos, incluso en nuestros momentos de filosofía más disparatada.

Era un elemento extraño, la cordura. Cuando te la quitaban, no te dabas cuenta. No sentías su partida. Sólo la reconocías cuando la recobrabas, como un raro pájaro silvestre que vivía y cantaba dentro de ti por elección, no por decreto.

Está garantizado que todo funciona. Lo único que no se garantiza que funcione después de la venta es USTED. Así que entre y compre, compre, compre.

A todos les encanta obtener algo por nada… aunque les cueste todo.

Tarde o temprano, la persona que sufre explora hasta las sendas más cuestionables, si cabe la remota posibilidad de que esas sendas conduzcan al alivio

amor podría ser la fuerza que impulsaba al mundo, pero estaba convencida de que eran los gritos de los gravemente heridos y los profundamente afligidos los que giraban el universo en el gran polo de cristal de su eje.

Hombres y mujeres que no pueden dejar atrás el pasado-dijo tía Evvie-. Eso es lo que son los fantasmas.

En las películas, se le da mucha importancia a la recuperación y muy poca al dolor; porque el dolor es demasiado real. El dolor es… -Alan la soltó, tomó lentamente un plato y empezó a secarlo-, El dolor es brutal.

Bien, la suerte es para los tontos. Es su única esperanza, pobres diablos.