la prestación de los servicios sociales básicos de salud y educación, seguridad social y apoyo a los campesinos quedaron en manos de agrupaciones de trabajadores que, en poco tiempo, devinieron en grandes sindicatos de servicio público. Por su papel en la función clave de legitimación del gasto estatal, estos sindicatos pronto reprodujeron la relación de subordinación vertical respecto de los grupos dirigentes de la coalición revolucionaria, pero a la vez propiciaron la formación de fortalezas de poder corporativo en las que se sustentó la permanencia y reproducción del régimen político de presidencialismo autoritario heredado de la Revolución.