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Selma Lagerlöf

El maravilloso viaje de Nils Holgerson

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  • Lucíacompartió una citahace 3 años
    Llegaban, en efecto, los pájaros grises, coloreados por el resplandor del crepúsculo, con las alas adornadas de largas plumas flotantes y una cresta roja sobre la nuca. Los grandes pájaros de largas patas, de cuellos finos y sutiles y de cabeza pequeña, descendieron como si resbalaran en el aire, poseídos de un vértigo misterioso. Deslizábanse hacia adelante y volvían hacia atrás, mitad volando y mitad bailando. Con las alas elegantemente desplegadas, movíanse con una rapidez incomprensible. Su danza tenía algo de singular y de extraño. Se hubiera dicho que eran sombras grises entregadas a un juego que la vista no podía seguir, juego que parecían haberlo tomado de las brumas que flotan sobre las marismas desiertas. Aquello tenía algo de sortilegio. Todos los que concurrían por primera vez al monte Kullaberg comprendieron al fin por qué se llamaba a la reunión el baile de las grullas. Había algo de salvaje en estas danzas; pero no por eso dejaba de infundir en el espectador una dulce languidez. Nadie pensaba ya en luchar. Todos los allí presentes, tuvieran alas o no, aspiraban a elevarse por encima de las nubes, a buscar lo que había tras ellas, abandonando el pesado cuerpo que las arrastraba hacia la tierra para volar hacia el cielo.

    Esta nostalgia de lo inaccesible, de lo que permanece oculto en el más allá de la vida, sólo la sentían los animales una vez cada año, viendo el gran baile de las grullas.
  • Marisacompartió una citahace 4 años
    Sólo los que doblen su cuerpo en el constante trabajo de la tierra podrán mantener de siglo en siglo la prosperidad y la gloria de mi provincia».
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 5 años
    Sí verdaderamente crees que has aprendido alguna cosa de bueno entre nosotros, ¿verdad que opinarás qué sólo los hombres deben vivir en la tierra? Piensa en el hermoso país que tienes. ¿No podrías conseguir que se nos reservaran algunas rocas peladas en la costa, algunos lagos, que no sean navegables y algunas marismas, algunas montañas desiertas y algunas forestas apartadas, donde nosotros, pobres animales, podamos estar tranquilos? Durante toda mi vida me he visto perseguida. ¡Qué bueno sería saber que en cualquier parte existe un refugio para un ser como yo!
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 5 años
    El hombre más bueno de Västergötland lanzó la sortija al mar para que nadie pudiera encontrarla; aunque parece que hayan podido encontrarla aquellos que esforzándose en el trabajo cometen excesos que les desgastan de un modo prematuro y acaban por morir, dejando su obra inacabada»
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 5 años
    Mañana temprano lo arreglaré de modo que os lleve un barco a vuestra casa; pero en pago del servicio que os presto, os pido un favor, que consiste en que entreguéis esta sortija al hombre mas bueno que encontréis en Västergötland, al que saludaréis de mi parte, diciéndole que si se pone esta sortija se hará mayor de lo que ahora pueda ser
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 5 años
    el gigante frunció el entrecejo por desagradarle que el hombre hubiese llegado a dominar la Naturaleza
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 5 años
    allí se pronunciaban conferencias de carácter científico, se hacía gimnasia, se entonaban cantos corales y casi todas las noches había música y lectura
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 5 años
    Soy yo el que debo estaros agradecido por la ayuda que me habéis prestado; no me debéis agradecimiento alguno, porque las enseñanzas que de vosotros he obtenido valen más que el oro y toda clase de riquezas
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 5 años
    Ya me doy cuenta de que usted me ha tomado por un duende —dijo el hombrecito—; pero soy un ser humano como usted, sólo que he sido transformado en duende.
  • Mauricio Coronelcompartió una citahace 5 años
    Por muy habituada que estuviera a escribir cuentos de hadas, no por eso le asombraba menos el conversar con un duende.
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