Hasta hace pocos años se pensaba que la red neuronal por defecto desempeñaba un papel protector del cerebro, y que sus contenidos permitían consolidar la memoria o ayudar en la planificación y gestión de la propia imagen. Hoy se reconocen esas bondades, pero también se ha observado que gran parte de los contenidos son inútiles, que no ayudan ni a memorizar ni a predecir. La red por defecto es necesaria, como el estrés, pero en abundancia es dañina, como el estrés.