bookmate game
Saphia Azzeddine

El viento en la cara

Avisarme cuando se agregue el libro
Para leer este libro carga un archivo EPUB o FB2 en Bookmate. ¿Cómo puedo cargar un libro?
  • Alejandracompartió una citahace 3 años
    No me gustan los pies. No me parecen bonitos, ni siquiera cuando son perfectos. A partir de los tres años se deforman, se ensanchan, se deterioran, se contraen, se estropean y acaban convirtiéndose en un montón de piel muerta embutida en unos zapatos apestosos.
  • Alejandracompartió una citahace 3 años
    Nafisa decía que las mujeres, en la tierra, se parecen a los pulpos en el mar: pese a tener una inteligencia superior, los bebés foca los devoran.
  • Alejandracompartió una citahace 3 años
    Pero esto no tiene nada de gracioso, es horrible. En todas las religiones, las mujeres son sistemáticamente perdedoras, se les puede pegar, repudiar
  • Alejandracompartió una citahace 4 años
    Todavía confío en ustedes, señores. Sigo alimentando la esperanza de que algún día cercano logren superarse y contemplarnos de arriba abajo sin tener una erección.
  • Alejandracompartió una citahace 4 años
    Hacemos esto para proteger a las mujeres —protesté, con una última brizna de esperanza de que entrara en razón.

    —¿Protegernos de qué? —vociferó ella, con los ojos desorbitados—. ¿Protegernos de quién? ¿De vosotros, los hombres? Entonces, ¿admitís que sois peligrosos?, ¿que sois vosotros el problema? ¿He pedido yo que se me proteja? Si vosotros sois peligrosos, es a vosotros a quienes hay que matar, no a nosotras a quienes tenéis que sacrificar…
  • Alejandracompartió una citahace 4 años
    A decir verdad, habría preferido tener el poder de los hombres y manejar las palabras como una tartamuda, pero, después de cientos de revoluciones, el orden no se había invertido: una mujer era inteligente, un hombre era poderoso.
  • Alejandracompartió una citahace 4 años
    Qué había detrás de esa violencia que ellos solían llamar «fantasía» o «delirio entre amigos»? Una traición, tal vez. Como un eco de la que se producía en la adolescencia, cuando el chaval perdía fe en su madre porque experimentaba con las chicas, potencialmente futuras madres, cosas inconfesables. ¿Podía ser todo eso la consecuencia de una simple desilusión? ¿La de unos pobres niños que se negaban a creer que sus adoradas mamás hubieran podido «retozar» antes de concebir? ¿O, peor aún, mientras concebían? ¿Acaso los hombres no podían hacerse a la idea de que quizá eran más el fruto de un coito en la posición del perrito que a través de una sábana con un agujero? ¿Era eso, entonces, lo que se les reprochaba a las mujeres? ¿Ser mujeres? ¿De la cabeza a los pies?
  • Alejandracompartió una citahace 4 años
    Los dos guardias se comieron delante de mí la comida que me estaba destinada. Una vez más, tuve que alimentarme de poesía…
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)