Buen libro que retoma el trasfondo de la vida humana en las grandes urbes, el espíritu del ennui para habitar en sus páginas. Por momentos la autora irrumpe dentro de la voz narrativa, emitiendo juicios y sentencias, y eso le resta calidad a la forma narrativa. Sin embargo, los deslices no son tan constantes y la obra se sostiene fuerte. El cierre es exabrupto, hace recordar la técnica cubista en la literatura, aunque no alcanza a dominarse con maestría. En términos generales es un buen libro que dibuja a los personajes incógnitos de la Ciudad a través de un ejercicio de ficción asentado en las teorías de mundos paralelos.