Libros
Juan José Arreola

Obras

  • José Luis Silva Estradacompartió una citahace 3 meses
    Según Arreola, el hombre es y no es responsable de sus actos, o mejor dicho, no pudiendo determinarlos libremente, no elige o elige a medias. Sin embargo, comparece ante su conciencia; sufre el desajuste perpetuo de quien aspira a regir su destino y a la vez está sujeto a poderes que lo sobrepasan. Obra a la par como especie natural, como siervo de Dios y como conciencia autónoma. No atina a conciliar instintos, fe religiosa y ética individual. Así, todos los combates morales resultan perdidos de antemano
  • José Ricardo Ticante Ramírezcompartió una citael año pasado
    Nada de remoto caso. Como no podíamos quedar conformes, luego luego nos pusimos a reclamar, y para qué es más que la verdad, nos dieron la razón, pero no la tierra. Lo que sea de cada quien, el señor don Porfirio, como todas las autoridades antiguas, dijo que se nos hiciera justicia. Y desde entonces nos han dado largas. El pleito se paró en 1909 porque vino la revuelta y luego los cristeros y tantos otros trastornos… Fíjense, a nosotros de nada nos ha servido el agrarismo, nomás hemos visto pelear a los hacendados y a los agraristas, que algo salen ganando unos y otros. Pero de la Comunidad Indígena nadie se acuerda, y nosotros somos los meros interesados, los primeros dueños de la tierra…

  • José Ricardo Ticante Ramírezcompartió una citael año pasado
    La estatua de don Benito Juárez le da la espalda a la parroquia desde el parque. Mírela usted. Cuando los cristeros estuvieron a punto de entrar a Zapotlán, alguien dijo que la iban a tumbar. Pero no se les hizo. Los beatos odian a don Benito porque les quitó las propiedades de la Iglesia, pero se les olvida que ellos se aprovecharon de la situación, comprando barato lo que se llamaba bienes de manos muertas. Todo pasó a manos de estos vivos, casi siempre con la promesa de que a la hora de su muerte se lo iban a heredar a la Iglesia. Le voy a poner un ejemplo. El año de 1846, un señor cura cuyo nombre no viene al caso, anticipándose a las Leyes de Reforma, le vendió a un rico de aquí casi todos los terrenos de la Cofradía de Nuestro Amo, como si fueran suyos. Sabe usted, toda esa parte de llano y monte que ahora se llama el Rincón del Zapote. Y todavía hay quienes se asustan porque don Benito está allí en el parque, dándole la espalda a la parroquia…
  • José Ricardo Ticante Ramírezcompartió una citael año pasado
    tantito peor. Diario teníamos fusilados y colgados, todos gente de paz. Entraban y salían de aquí jueves y domingos. Y los postes del tren a todo lo largo de la vía tenían cada uno su cristiano, desde Manzano a Huescalapa, y ni siquiera nos daban permiso de bajar a los ahorcados que estaban allí cada quien con su letrero, para escarmiento del pueblo. Otro día le cuento
  • José Ricardo Ticante Ramírezcompartió una citael año pasado
    Este pueblo, aquí donde usted lo ve, con todas sus calles empedradas, es la segunda ciudad de Jalisco, y en tiempos de la refulufia fuimos la capital del estado, con el general Diéguez como Gobernador y Jefe de Plaza. Quisiera no acordarme. Carrancistas y villistas nos traían a salto de mata desde Colima a Guadalajara, pariendo chayotes. Y a la hora del ¡quién vive! no sabía uno ni qué responder. Si usted se quedaba callado, malo. Si contestaba una cosa por otra
  • José Ricardo Ticante Ramírezcompartió una citael año pasado
    CUENTO DE HORROR:
    La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de las apariciones.
  • Jesús M. Gallegos De S.compartió una citahace 2 años
    Pero a los doce años y en Zapotlán el Grande leí a Baudelaire, a Walt Whitman y a los principales fundadores de mi estilo. Papini y Marcel Schwob, junto con medio centenar de otros nombres más y menos ilustres...
  • Rocicompartió una citahace 2 años
    Pueblo multicolor y palabrero donde todos graznan y nadie se entiende.
  • Daniela Villarrealcompartió una citahace 3 años
    Alivia, ¡madre! Este hombre no sabe lo que dice. En todo caso aliviaba, porque el chicalote se está acabando en Zapotlán, como el tule de la laguna... Vayan a ver: ¿dónde está el tule? ¿Dónde está el chicalote? Y es que el año pasado, del hambre que teníamos, no dejamos nada para semilla
  • Daniela Villarrealcompartió una citahace 3 años
    primero produce una semilla leguminosa que abona la tierra; es signo de fecundidad su abundancia.

    —Abundancia, ¡madre! Somos un pueblo de muertos de hambre
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