Es una novela que marcha sobre ruedas. Es el relato de un singular viaje (tan real
como imaginario, tan gozoso como ocurrente). Dice el protagonista de esta historia
que, abandonado por su amante, una mujer casada, no tuvo más remedio
que irse a Moscú y emprender un viaje en el mítico transiberiano, que recorre los miles de kilómetros de la ancha Rusia para terminar el trayecto en el Pacífico.